El distópico mundo de Rupert Wyatt en “La Rebelión” aterriza en los cines con John Goodman a la cabeza. Ubicada en un vecindario de Chicago casi una década después de que fuerzas extraterrestres ocuparan y tomaran el liderazgo del planeta, “La Rebelión” explora las vidas de ambos lados del conflicto: los colaboradores y los disidentes. La temática alienígena suele ser disparador para preguntas filosóficas sobre la condición humana. ¿Estamos solos en el mundo? ¿Cuán importantes somos para la existencia? Sin embargo, aquí en “La Rebelión”, nos encontramos con una historia que invita a otro tipo de reflexiones más cercanas a relatos de Orwell o Huxley. Si lo que estás esperando es una película cargada de efectos especiales y batallas extraterrestres, esta cinta no es para vos. En cambio, conspiraciones y control de estado es el terreno por donde se desarrolla el film. Tal vez el aspecto más interesante es la construcción de este mundo en donde explora ambas perspectivas del conflicto: la de aquellos que decidieron colaborar con los alienígenas recién llegados y la de los disidentes que se enfrentaron a la invasión. Wyatt no tiene intención en profundizar personajes. Alternamos de uno a otro sin apoyarse en ninguno en particular y por momentos hasta pareciera haberse olvidado de alguno de ellos. Cuenta con sólidas y homogéneas actuaciones. Acostumbrados a esta industria dónde se celebra el destaque, es lindo encontrarse a John Goodman protagonizando. Un fiel actor al servicio de las historias. Viviendo una época del cine dónde absolutamente todo es posible con una pantalla verde y, sobre estimulados por esto, tal vez puedan resultar escasos los efectos especiales para una película de este género. A mí, en cambio, me parece interesante y celebro el uso de este recurso propio de grandes clásicos (Como “Jaws” o “Alien”) que prefieren jugar con el suspenso y el imaginario del espectador dilatando y dosificando la aparición de la deseada criatura. Cuenta también con un interesante trabajo de color. No tan llamativo como otras películas a las que se les suele destacar este ítem (“Only God Forgives”, “The Grand Hotel Budapest”) pero que cabe mencionar para prestarle atención. “Enciende un fósforo, provoca una guerra” reza el lema principal, y “La rebelión” se siente de ese modo. Buscando encender la chispa de un nuevo abordaje al género. Quedará en Uds. si logra o no una revolución. Por Matías Asenjo
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Disney sigue desempolvando clásicos para llenarlos de vida. Esta vez fue el turno de "Dumbo", la historia que captó la atención de Walt Disney hace más de siete décadas y que desde su producción original regaló magia a los corazones de muchas generaciones. Dirigida por el peculiar Tim Burton, desarrolla la entrañable historia clásica que celebra las diferencias, valora a la familia y hace volar los sueños. Tras una secuencia de apertura que homenajea al viejo Disney, nos encontramos con la historia de Max Medici (Danny DeVito) y su circo, quién vuelve a contratar a la ex estrella Holt Farrier (Colin Farrell) y a sus hijos, Milly y Joe, quienes serán los encargados de guiarnos por esta aventura en la que Dumbo se robará todas las miradas y donde, cómo Disney se encargó de enseñarnos, no debemos basar nuestro juicio en las apariencias. Esta nueva versión del clásico suma el doble de duración y por lo tanto aporta nuevos elementos a la trama explorando el lado humano de la historia y dándole un contexto histórico inexistente hasta ahora. Las desgracias familiares y personales se hacen presentes en los protagonistas (como en toda película de Disney) marcando un punto de partida diferente y resignificando así el accionar de los personajes. La estética del film hace honor a la expresión minimalista y expresionista de la película animada original gracias a la creación de ambientes más despojados y el uso de diferentes estrategias de iluminación en un mundo colorido pero en decadencia, lo que nos muestra el sello personal de Burton. El elenco de renombre no decepciona pero el foco de atención no deja de estar sobre el elefantito. Danny DeVito, el dueño del circo, saca provecho de cada guiño del guión y lo convierte en una risa asegurada del espectador. Eva Green, quien ya trabajó con el director por ejemplo en "Miss Peregrine y los niños peculiares", tambien cumple en su papel como la trapecista Colette Marchant. Lo curioso es el rol de Michael Keaton como el extravagante y persuasivo empresario V.A. Vandevere, dueño de "Dreamland", un parque temático donde el entretenimiento no es más que un negocio perverso con una fachada feliz; lo que nos deja pensando si se trata de un intento de autocrítica por "Disneyland". La suma de un trabajo de animación destacable (#LosOjosDeDumbo) y el hecho que no haya animales que hablen, ayuda a que todo se sienta real a pesar del gigante volador. Recordemos igualmente que Dumbo nunca habló y los únicos animales que sí lo hacían en la película animada eran la cigüeña, el coro de elefantes, el ratón Timoteo y los cuervos. En esta entrega también se aprovecha para dar un mensaje de concientización hacia el maltrato animal que expone el film, cosa que allá por los años 40 era legitimizado por la sociedad. La música de Danny Elfman (reconocido colaborador de Burton) revive el estilo original sumándole algunos elementos más "pop" y los temas principales como "When I See an Elephant Fly" se hacen presentes. Personalmente no me termina de quedar claro a qué público específico apunta la película. No es para los más chicos ni tampoco para los más grandes, pero al mismo tiempo, tiene algunos elementos para ambos; se queda en el medio. Esta versión del film probablemente no sea tan memorable como su predecesora, pero marca un nuevo comienzo y la posibilidad de seguir explorando este mundo. Disney da con su cometido. No buscan sorprender ni ser novedosos, sino sacar del recuerdo de nuestra infancia un clásico olvidado. "Dumbo" llega volando con aires de nostalgia a los cines mañana Jueves 28/03. Por Matías Villanueva En "Un ladrón con estilo" (The Old Man & The Gun) Robert Redford roba por última vez nuestros corazones despidiéndose así de la pantalla grande. Basada en la historia que salió publicada en el periódico New Yorker en 2003 sobre la vida de Forrest Tucker, un ladrón de bancos que pasó la mayor parte de su vida en la cárcel o intentando escapar de ella, y que logró fugarse en 18 ocasiones cometiendo su último atraco en el año 2000 cuando tenía 80 años. La película nos muestra a este encantador y carismático ladrón ya en el ocaso de su carrera. También nos muestra a este encantador y carismático actor ya en el ocaso de su carrera. Y parte del juego está ahí. Así como aprovechó Iñárritu con Michael Keaton en “Birdman” la similitud entre actor y personaje, aquí también vemos este recurso funcionando perfectamente al servicio del film, dejando que no sea un mero guiño al espectador, y aprovechando todos los recursos y el oficio que Redford tiene a su alcance: lo vemos interesante, original, cautivador, orgánico y espontáneo. En más de una escena nos deja joyitas, sutilezas para los fanáticos de las actuaciones reales y no tan grandilocuentes. Pero no dejemos que esto sea sólo una oda a Redford y hablemos un poco del film que tiene mucho para brindarnos. David Lowery pareciera en esta oportunidad manejarse en un punto medio entre los trabajos comerciales y de alcance masivo que ha hecho por encargo, y un cine más personal y arriesgado (“A Ghost Story”, una joya del 2017 dónde podemos encontrar un plano fijo de 5 minutos de Rooney Mara comiendo una tarta) en dónde juega en algunos casos con el tono onírico que ofrece Terrence Malick en sus películas. Aquí podemos ver cierto dinamismo y toques de humor para hacer todo más llevadero, pero también hay poética y puede tomarse su tiempo cuando así lo precisa. Acompañando está la música a cargo de Daniel Hart que impregna todo con el sabor de la nostalgia. La industria de Hollywood todavía sigue en lucha consigo misma en su esfuerzo por ser inclusiva y adaptarse a los nuevos cambios de paradigma. Es por esto que al día de hoy sigue siendo poco habitual ver historias de amor que no sean de personas jóvenes, bellas y heterosexuales sin que sean mostradas como rarezas. Tal vez por esto, o gracias a un gran trabajo actoral de la pareja protagónica (completada por Sissy Spacek, otra icónica figura) fue que me pareció muy bella y verdadera la historia de amor que se muestra entre estas dos personas mayores. Pero Lowery no escatimó actores sólo para la dupla protagonista. Cuenta también con su actor fetiche, Casey Affleck, con la verdad a la que nos tiene acostumbrados, y no puedo dejar de destacar al entrañable Tom Waits. El paso del tiempo, la libertad, la búsqueda de la felicidad son temas recurrentes en el director que aquí también resuenan. En el film escuchamos recurrentemente el sonido de un reloj. Ese reloj que cronometra cada salidera bancaria, pero también es el reloj que marca el inevitable paso del tiempo que cae sobre nuestro protagonista. Y que recae también sobre uno de los grandes íconos vivientes de Hollywood. Si sos amante del cine “The Old Man & The Gun” es un suceso para ver (contiene un gran momento con imágenes de otras películas de Redford donde todo fanático se llenará de nostalgia), dado que a pesar de ser una película que tiene mucho para ofrecernos debemos admitir que siempre será recordada como la última película de Robert Redford. Por Matías Asenjo Partiendo de la premisa "¿Qué pasaría si no pudieras tocar a los que amas?" llegó a los cines "A dos metros de ti", dirigida por Justin Baldoni y basada en el libro homónimo de Rachael Lippincott con Mikki Daughtry y Tobias Iaconis. La historia gira en torno a Stella Grant (Haley Lu Richardson) quién vivió la mayor parte de su vida dentro de un hospital y narra su día a día en Youtube. Debido a la gravedad de la fibrosis quística que amenaza con su vida, debe cumplir un estricto aislamiento y mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su posibilidad de trasplante de pulmón. Dos metros de distancia es la regla. Sin excepciones. Durante el tratamiento conoce al rebelde Will Newman (Cole Sprouse) cuyo único deseo es salir de ese lugar para ver el mundo. Juntos comenzarán una aventura donde cada centímetro será clave para mantenerlos con vida y evitar un contagio. Con un guión predecible y llena de clichés, el film dirigido a un público juvenil, sigue la misma fórmula repetida de "Bajo la misma estrella" donde dos adolescentes con enfermedades terminales se enamoran (Si, esto está de moda). La película nos invita a reflexionar sobre las cosas que nos parecen naturales, que tan poca importancia les damos y cómo podrían verse modificadas. Además, busca dar a conocer más información sobre la fibrosis quística, un trastorno genético que afecta a las células del cuerpo que producen las secreciones del organismo. Cole Sprouse, Haley Lu Richardson y Moisés Arias son quizás lo más destacable de la cinta. Los tres logran una buena química y le dan el realismo necesario a los efectos de la enfermedad, acompañados por una banda sonora típica de éste estilo de película. "A dos metros de ti" es una historia triste con un mensaje esperanzador. Ya se encuentra en los cines lista para alimentar ese espíritu dramático adolescente con ganas de enamorarse y llorar. Por Matías Villanueva Ya llegó a los cines la muy esperada "Capitana Marvel" para preparar la antesala del estreno de "Avengers: Endgame". Dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, el film no sólo inaugura una nueva franquicia liderada por mujeres, sino que también introduce a la primer directora en hacerse cargo de una película del Universo Cinematográfico de Marvel (Era hora), ayudando a romper con ese mundo de los superhéroes que históricamente se mostró como terreno para hombres y se encargó de sexualizar a las heroínas. Ambientada en la década de 1990 y llena de guiños a la época, "Capitana Marvel" es una historia sobre descubrimiento, empoderamiento y humanidad. Con un mensaje feminista, la historia sigue a Carol Danvers, a quien veremos convertirse en una de las heroínas más poderosas cuando la Tierra queda atrapada en medio de una guerra galáctica entre dos razas alienígenas. Si bien el guión se queda medio corto queriendo abarcar muchos temas en poco tiempo, lo que puede dejar algunas preguntas a un público no tan al día con las películas o los comics, sus protagonistas cumplen a la perfección. Brie Larson, a quien ya pudimos disfrutar en "La Habitación" o "Kong: La Isla Calavera", sorprende interpretando una Carol Danvers (Capitana Marvel) muy humana y poderosa (Cuidado @Thanos) junto con un Samuel L. Jackson joven (rejuvenecido con efectos especiales) como Nick Fury. Mucho más relajado, menos cínico y muy descolocado ante el descubrimiento de la existencia de vida extraterrestre, es Fury el mayor encargado del humor junto también con la magnífica interacción con Goose, el gato que se lleva la película sacando más de una sonrisa del público. La banda sonora de la película es quizás lo más emocionante, llena de hitazos de los ochenta y noventa que marcaron a una generación entera. Con la falta de un villano acorde a los poderes de Carol y sin secuencias de acción memorables, el film no llega a conmover y termina siendo solo una película más del MCU. Lo interesante está por venir y se llama "Avengers: Endgame" donde se medirán los mega poderes de Carol con el temible Thanos. Atención: a no irse de la sala cuando termina la película porque no hay una, sino dos escenas post créditos que a los verdaderos fanáticos les va a poner la piel de gallina. Por Matías Villanueva "La voz de la igualdad", estrenada ayer en nuestro país, nos lleva a conocer la historia real de Ruth Bader Ginsburg. Ruth (Felicity Jones) es una joven americana entusiasta en el derecho que busca desafiar el modelo patriarcal en el que vive. Con el apoyo de su marido Martin (Armie Hammer) será de las primeras mujeres en graduarse de abogada en Harvard. La historia es sencilla pero fuerte, desde temprano nos damos cuenta que la película pretende dejarnos un mensaje para reflexionar y la verdad es que lo logra. Debemos confesar que de a ratos se vuelve un poco pesada, pero esto no es tanto culpa de los actores como del guión. Si bien se trata de una biopic sobre una abogada, sentimos demasiado abrumador el peso que le da el film a toda la parte legal, haciendo repetidas menciones de palabras técnicas que pueden desorientar al espectador. Esto sumado a que todo se desarrolla bajo un sistema legal distinto al nuestro, hace que por momentos nos perdamos en la burocracia americana. Si bien los personajes son los que los hechos en cuales se basa la historia obligan, están bien presentados y logramos empatizar rápidamente con ellos. Las actuaciones son buenas en general y además de la excelente labor de Felicity Jones, vale la pena destacar a Justin Theroux que también la rompe. El punto más fuerte de la película está en el tema que trata. Estrenada en la víspera del día internacional de la mujer, esta producción nos promete acercarnos la historia de una de las mayores defensoras de los derechos igualitarios. Sin embargo, poco tardamos en darnos cuenta de que lo que en realidad estamos viendo es una crónica de los malos tratos y discriminaciones que las mujeres de esa época sufrían regularmente, una suerte de Greenbook pero para la discriminación por sexo en lugar de por raza. La naturalidad que se muestra en estos actos, nos lleva aún más allá y nos pone a pensar cuantos otros maltratos o discriminaciones tenemos hoy en día y no nos damos cuenta. “La voz de la igualdad” es una cinta sólida, no es pochoclera, pero es recomendable. Si la vas a ver interesado en aprender un poco sobre el feminismo, no te va a decepcionar. Por Santiago Sturba |
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Abril 2023
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