Una nueva comedia dramática llegó a Netflix para instalarse dentro de las tendencias durante un largo tiempo. “FATHERHOOD” (Paternidad), está basada en la difícil vida de Matthew Logelin, quien volcó sus problemas en un blog que luego se convertiría en un best seller. Matthew (Kevin Hart) debe enfrentar la vida de una manera muy diferente cuando la madre de su hija muere en el parto. Él deberá hacerse cargo de la nena luchando contra todos los prejuicios que existen sobre la paternidad en nuestra sociedad. La base de los personajes está construida desde la comedia, pero además tiene tintes dramáticos y emotivos, por lo que la película se podría encasillar en un género híbrido entre comedia y drama. Si bien esto está muy marcado, tiene un tono extraño que no me termina de convencer del todo, se sienten en el aire las cuotas de humor, pero ninguna se llega a desarrollar, lo mismo me pasa con el dramatismo. Siento que ambas cosas se quedaron a medio camino. La dirección de Paul Weitz es correcta. En algunos momentos se notan unos pequeños desfasajes sonido-imagen y en partes se pierde la continuidad, esto le resta bastante al film porque son errores que suelen desencajar al espectador que está pendiente de la producción. No es una típica comedia y los momentos emotivos son lo mejor. Llegan a generar cierto clima que hace que uno se sienta identificado en algunos pasajes, pero no se genera empatía más allá de aquellos momentos, lo que hace que la película caiga en cierta nebulosa de mediocridad. En conclusión, es un film interesante de ver, con el cual muchos espectadores se pueden sentir medianamente identificados, tuvo cosas que lograron captar mi atención. Sin embargo, en varios aspectos deja bastante que desear. Diría que es ideal para quienes exploran la paternidad y para quienes desean ver un drama liviano que les haga escapar alguna lágrima esporádica. Por Leandro Gioia Disponible en Netflix
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Pixar vuelve con “LUCA”, una historia repleta de valores como la amistad, el amor y la perseverancia. En esta oportunidad representando a la cultura italiana y con unos guiños muy interesantes a diferentes clásicos de Disney como “Buscando a Nemo” y “La Sirenita”. ¿Estuvo LUCA a la altura de las grandes películas de la compañía? Luca es una criatura marina que tiene una gran curiosidad por el mundo humano. Un día conoce a Alberto, otra criatura de su especie pero que frecuenta la vida terrenal. Allí comenzarán su aventura juntos donde deberán aprender a comportarse como humanos en la ciudad pesquera de Portorosso. El guion se caracteriza por construir una historia bastante simple y lineal. Esto lleva a que la película sea predecible pero aun así muy llevadera. Lo que creo más importante de esta producción es que logra ser un fiel reflejo de la cultura pueblerina de Italia. Esto lleva a que el relato tenga una esencia muy particular, los escenarios son muy preciosos y los sentimientos que transmiten los personajes hacen que sea un film genuino que además de encantar a los niños puede emocionar a los más grandes. La composición estética es muy precisa. La contraposición de colores que existe entre la vida marina (colores fríos y sombríos) y la gama de colores cálidos de la ciudad, reflejan los sentimientos del personaje principal que constantemente debe decidir entre estos dos polos opuestos. La animación es diferente a lo que nos tiene acostumbrados Pixar. Su director Enrico Casarosa es también el realizador del cortometraje “La Luna”. Allí vemos cierta manera que tiene el director de transmitir la simpleza de los niños y sus magníficos sueños, esto logra repetirlo en “Luca”. Lo interesante de esta mirada particular es que además la vida de los personajes está basada en ciertas vivencias de Casarosa en su niñez transitada en Italia. Esto se refleja muy bien en la película porque vemos una construcción de escenarios y de la historia con una visión sumamente distintiva que aporta mayor emocionalidad a cada una de las escenas. Concluyendo esta review debo decir que, si bien no se encuentra entre las producciones más legendarias de Pixar, “Luca” logra encantar al espectador gracias a su simpleza y su enorme corazón. Una vez más esta compañía no nos decepciona, el gran trabajo que se hace sobre la cultura italiana y los personajes, hace que sea una película sumamente entrañable. Por Leandro Gioia Desde los suburbios de Nueva York llega, "IN THE HEIGHTS" (En el Barrio), una historia con sangre latina y llena de música que nos enseña que para alcanzar nuestros sueños se requiere de mucha paciencia y fe. El género musical, les guste o no, tiene un gran poder extra a la hora de contar las historias. Hay algo en cantar los diálogos, la música y los bailes que transforman la experiencia haciéndola más grandiosa; y cuando detrás de un proyecto así hay alguien conocedor del género como lo es Lin-Manuel Miranda, el éxito es casi asegurado. Lin-Manuel Miranda ya es palabra mayor dentro del mundo Broadway gracias a su obra maestra (y créanme no le queda chico el término), "Hamilton". Allí supo reinventar el género, combinando la historia de uno de los padres fundadores de EE.UU con la fuerza, poética e ironía que propone el rap (Está disponible en Disney +). Lo que pocos saben es que esa no fue la primer obra del artista, sino que allá por 2008 ya había sido ampliamente reconocido (cuatro Premios Tony incluido Mejor Musical y una nominación al Premio Pulitzer de Drama) por un musical del Off Broadway llamado "In The Heights", el cual realizó junto con Quiara Alegría Hudes. La obra revolucionó la escena y ahora se traslada a la pantalla grande con la dirección de Jon M. Chu (Crazy Rich Asians, Step Up 2 y 3) para regalarnos 143 minutos llenos de emociones y fiesta. Se encienden las luces en Washington Heights… El aroma a “cafecito caliente” ondea en el aire justo fuera de la estación de subte 181st Street; allí, un caleidoscopio de sueños congrega a esta comunidad animada y unida. En la intersección de todo está Usnavi (Anthony Ramos), el simpático y magnético dueño de una bodega, que ahorra cada centavo de su rutina y anhela, imagina y canta una mejor vida. Con los primeros 8 minutos del film ya nos sentimos un vecino más de este barrio neoyorkino. Un gran cuadro musical nos sitúa en la acción, nos presenta a los personajes y condensa perfectamente lo que será la historia. Es difícil no sentirse identificado habiendo personajes tan diversos y temas muy presentes en nuestra vida. Es una historia sobre nuestros orígenes, la familia, la memoria, los choques generacionales, los sueños, la lucha contra el racismo y la marginalidad (y podría seguir la lista). "Repítelo para que no desaparezca" dice Usnavy en una de las primeras escenas y es exactamente de eso que sirve la película. Es una oda a la comunidad latina de Nueva York en un momento donde los inmigrantes, los llamados "Dreamers", vienen de estar muy amenazados tras el gobierno de Trump. No creo que sea una casualidad que hayan elegido este momento para adaptar esta pieza y celebro que sirva para abrir el diálogo y representar en la pantalla grande a estos sectores de los que lamentablemente no se cuentan muchas historias. Poniendo un ojo crítico sobre el guion, le podríamos encontrar puntos en común con otras obras musicales o películas predecesoras, algunas líneas argumentales quedan algo difusas y la trama por momentos se siente un poco 'naive' o falta de profundidad, pero, la forma en la que decidieron plasmar la historia en cuanto a recursos visuales y sonoros, nos hace olvidar de eso (Aquí no importa el qué, sino el cómo). Durante varios cuadros resulta sorprendente el nivel de despliegue y la dirección, no solo actoral sino coreográfica, merece su reconocimiento. Un recurso que me pareció un tanto sobreexplotado fue el uso del "Spanglish" (Español e inglés), que con el pasar de los minutos se siente forzado y repetitivo en las palabras que eligieron para incorporarlo. Anthony Ramos y Melissa Barrera demuestran un gran abanico interpretativo y nos sorprenden en los roles protagónicos. Ambos parecen entender perfectamente el código de la cinta y fluyen en ella. El resto del elenco también brilla por igual, ya que el relato nos da tiempo para descubrir las historias de todos. Vemos caras conocidas, nuevas y por sobre todo, muy diversas. "IN THE HEIGHTS" nos hace vibrar gracias a su conexión con la actualidad. En estos tiempos donde transitamos una lenta vuelta a la "normalidad", nos hace pensar en el reencuentro con amigos, la familia, las actividades en comunidad y eso nos llena de optimismo. No es solo una celebración a la comunidad y cultura latina, sino a la vida. Y recuerden: ante todo, paciencia y fe... Por Matías Villanueva Una nueva película donde se pone a prueba el amor verdadero entre protagonistas llega a la gran pantalla en un contexto donde cualquier caricia al alma se siente con mayor sensibilidad. Con la dirección de Harry Macqueen, narra la pequeña aventura de Tusker (Stanley Tucci) y Sam (Collin Firth) una pareja que lleva años construyendo su vida juntos. El destino les juega una mala pasada y deberán enfrentar una durísima enfermedad que deteriorará los recuerdos y todo lo construido durante años. El film es muy sutil en cada uno de sus aspectos. Constantemente se apela a la emoción, a la apreciación de los pequeños momentos y las anécdotas de una pareja que varió mucho durante los años anteriores. La labor de Colin Firth y Stanley Tucci es preciosa y sobre todo precisa. Siempre pareciera que están interpretando de manera justa, sin sobrepasarse, dejando de lado cualquier tipo de sobreactuación. Esto hace que el amor demostrado en pantalla sea equilibrado en todo momento. El guion está bien trabajado, aunque me parece que la temática es muy autocompasiva, lo que hace que siempre se rodee por sobre la misma trama, sin variar demasiado y dando algunos tintes repetitivos. La música es preciosa pero no abunda, hay escenas muy silenciosas que, si bien podrían aportar una cuota significativa de soledad, se utiliza ese recurso en reiteradas ocasiones y termina dando la sensación de que estaría mejor que cierta música emotiva acompañe aquellos momentos. La dirección fotográfica aporta momentos muy intensos, donde con los planos cerrados podemos sentir los sentimientos por los que pasan nuestros protagonistas. Concluyendo puedo decir que la intensidad, emotividad y profundidad aportan a la película ciertas características que la terminan haciendo muy genuina. Si bien la trama es demasiado lineal, se disfruta esa calidez que está presente durante todo el film. No es una producción que sea profundamente memorable, pero sin dudas se disfruta desde lo más profundo de la sensibilidad humana. Por Leandro Gioia Disponible en el Cine Online de Cinemark/Hoyts y Atlas Cines ¡VOLVIÓ LA VILLANA MÁS EXCÉNTRICA DE DISNEY! En la vorágine de la compañía por realizar remakes, precuelas y live action de películas que ya vimos, la semana pasada llegó una nueva versión de Cruella de Vil protagonizada por Emma Stone y dirigida por Craig Gillespie. Estella es una joven huérfana que desea triunfar en el mundo de la moda. Para lograr sus objetivos hará todo lo posible por estudiar y trabajar con la Baronesa (Emma Thompson). Allí descubre su pasión y también la verdad sobre su pasado. Este film funciona como precuela de la Cruella que interpretó Glenn Close en los años ´90. Lo primero que hay que destacar de esta nueva película de Disney es que el diseño de producción es extraordinario. Desde los maquillajes hasta los vestuarios, todo es excelente. Se utiliza una gama de colores sumamente particular, con una selección de tonalidad que condice muy bien con la época en que está ambientada la historia (años ‘60). Cada vez que aparece el personaje de Cruella en escena todos los ambientes se modifican, dando a entender que ella llega con lo último de la moda y con una predisposición total de mirar hacia el futuro. Nuevamente Emma Stone logra interpretar un papel grandioso, incluso medianamente entrañable (dependiendo de cada espectador). No me parecería justo que se la compare con la antigua interpretación de Glenn Close ya que aquella quedó en la historia grande del cine infantil. Lo que me costó mucho es relacionar aquel personaje de Cruella con esta nueva versión, no encuentro grandes hilos conductores más allá de alguna sutil e interesante referencia. El resto del cast cumple con sus roles correctamente. Emma Thompson jamás decepciona y eleva la acción con su oficio y humor. La historia es sumamente dinámica. Son muy pocos los momentos donde la trama deja de avanzar, hay diferentes planos secuencia, pasos del tiempo que suman ligereza e incluso los personajes progresan en sus personalidades a un ritmo adecuado. Me gustó mucho este rasgo de la película ya que aporta al espectador cierto placer de ver y estar atento a lo que está sucediendo en pantalla. El mayor problema es el aspecto visual de los efectos especiales. Por momentos ver a los perros con un CGI tan abrupto genera que le prestes mucha atención a ello y te saca de la historia, creo que en este punto se podría haber apelado a la vieja usanza, con perros más realistas. La musicalización tiene su encanto. Una de las mejores cosas de la película es el soundtrack “Call Me Cruella” de Florence + The Machine, es realmente una exquisitez, muy pegadiza y sumamente recordable. Sin embargo, esto tiene un contrapunto, porque creo que ha sido desaprovechado. Cuando una producción tan importante encuentra un soundtrack de esta envergadura debería usarlo en más pasajes de la historia. Concluyendo esta review podría decir que es una película muy entretenida, que cumple con las expectativas de lo que prometía. Siento que es una de las mejores live action de Disney del último tiempo, pero me cuesta hacerla encajar en el mismo mundo que “101 Dálmatas” y eso le resta mucho porque se supone que es una historia de origen de aquella Cruella de Glenn Close, pero nos encontramos con un personaje completamente diferente. Es intrépida y me sorprendió, pero tiene algunas cuestiones inverosímiles. De todos modos, es una gran producción, con condimentos sumamente interesantes. Por Leandro Gioia Disponible en Disney+ Premier Access |
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Abril 2023
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