Llega a los cines “LOS SANTOS DE LA MAFIA”, la precuela de la reconocida serie de HBO: Los Sopranos. En una historia con matices muy similares a la aclamada ficción televisiva, y con el hijo del grandísimo James Gandolfini (Tony Soprano), interpretando al personaje de su padre en la juventud. Ambientada en Newark de 1960, sigue los primeros años de Tony Soprano. Antes de convertirse en uno de los miembros de la mafia más famosos de Estados Unidos, Tony tuvo que recorrer un largo camino, comenzando bajo la tutela de su tío Dickie Moltisanti. La película tiene escenarios muy interesantes que pueden transportarnos a los mismos de la serie o incluso a películas como “El Padrino” o “Goodfellas” pero no posee la majestuosidad de ellas. Cae en algunos lugares comunes y termina siendo una típica película de mafia sin destacarse por sobre las que ya conocemos. El film apunta a la nostalgia y el recuerdo de aquellos que vivenciaron la serie televisiva. No es más que una conjunción de elementos medianamente dispersos que no terminan de precisar hacia dónde apuntan. Las actuaciones están muy bien, cada actor y actriz logra hacer que los personajes se destaquen por sobre un guion medianamente básico. Me gustó mucho la esporádica actuación de Vera Farmiga, que no tiene un papel muy principal, pero logra destacarse. El papel de Michael Gandolfini como Tony Soprano, está muy correcto y más sabiendo lo que a él le costó interpretar a su padre. Lo que me parece acertado por parte de los creadores es que es una producción que se puede disfrutar a pesar de no haber visto la serie. Obviamente aquel que haya visto la tira televisiva tendrá más información acerca de las diferentes encrucijadas y familias mafiosas que existen en la historia, pero no es un factor fundamental conocer “Los Soprano”. En conclusión, es una película entretenida, muy interesante para aquellos que disfrutan los entramados de la mafia, pero no logra sobresalir. No es un film que vayamos a recordar por años, es liviana de digerir y fácil de olvidar. Como siempre, recomiendo verla en cines para un disfrute mayor de las estéticas construidas por la producción. Por Leandro Gioia
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El maestro cinematográfico vuelve a los cines para demostrar que a sus 91 años su magia artística sigue intacta. Clint Eastwood dirige, produce y protagoniza este nuevo drama con aires de Western que promete encantar a los amantes de las historias simples y profundas. Basada en el libro “Cry Macho” de Richard Nash, Clint decide contar esta historia en el final de su carrera. El actor vuelve a interpretar a un hombre solitario, pero diferenciándose de sus otras producciones, en esta oportunidad se lo ve como un cowboy frágil y melancólico que ha tenido una vida extensa llena de hazañas y sufrimientos. El guion es un relato sutil como una balada extensa y relajada. Esto es acompañado de un arte exquisito, una composición fotográfica muy gratificante y una banda sonora sublime que enaltece cada una de las escenas. La temática principal del film es lo mejor de esta producción. Clint apuesta por contar, describir y exponer ante el espectador el sentimiento de la vejez. En un relato autorreferencial y casi poético se muestra la evolución de Eastwood a través de sus costumbres, arrugas y etapas vividas. Siento que esta película representa con maestría la etapa final del vaquero cinematográfico más importante de todos los tiempos. La redención de un personaje lastimado, el choque de culturas entre México y Estados Unidos, la relación entre un hombre mayor y un joven inexperto, todo esto expuesto a corazón abierto en este sólido drama. Probablemente algunos piensen que es una película lenta, pero yo creo que ahí radica su esencia. Que la película se cuente de manera relajada representa la edad del protagonista, el ritmo lo marca la representación de la vejez y da cuenta de que Clint Eastwood aún sabe contar historias de maneras diferentes. Una vez más el gran Clint Eastwood no decepciona. Logra una película atractiva a la vista pero que además atrae sentimientos. Este film no estará entre las mejores del director, pero es una gran obra para el cierre de una carrera extraordinaria. Debo decir también que, si quiere seguir dirigiendo, no nos vamos a enojar. Recomiendo verla en cines para un disfrute auténtico de cinematografía en estado puro. Por Leandro Gioia ¿Otra película de acción con Liam Neeson huyendo? Pues claro. Mañana se estrena “Venganza Implacable” de la mano del protagonista de la trilogía “Taken”, o “Búsqueda Implacable”. Implacable, implacable, implacable. El film trata de Tom Carter (Neeson), un hombre experto en demoliciones que se dedica a asaltar bancos de una forma tan eficiente que gana atención en los medios: lo llaman “el Bandido que entra y sale” (“In ‘n Out Bandit”). Su estrategia lo hace ser indetectable. Sin embargo, un día, conoce a Annie Sumpter (Kate Walsh), que le hace querer cambiar su vida. Para esto, decide que es necesario confesar sus crímenes, y cuando lo hace, no es tan fácil hacer que las autoridades le crean, por la popularidad del caso en los medios. La evidencia de los robos desata una serie de problemas y persecuciones en donde Carter debe usar todas sus habilidades para que se sepa la verdad. Estamos ante un film de pura acción, como casi todas las películas que Neeson protagoniza hace años. De más está decir que lo mejor en “Venganza Implacable” son los efectos especiales, escenas de persecuciones, coreografías de peleas, en definitiva, todo aquello que requiere un planteo casi exclusivamente técnico. Sin embargo, la película flaquea por varios lados, más allá de la horrenda (y oportunista) traducción del nombre al español latino. Mi primera objeción con esta película es que, a pesar de contar con una buena e interesante premisa, con gran capacidad de profundidad emocional del personaje principal, castear a Liam Neeson es como intentar hacer ondas con una regla. Perfecto en edad, y para escenas de acción a las que nos tiene acostumbrados, pero a la hora de interpretar el trasfondo emocional de Carter, queda insulso y no genera ningún tipo de empatía. Sin embargo, algo digno de recalcar es que el trabajo de Kate Walsh es impecable. Aporta validez e interpretación a un guion que no tiene gracia, y compensa la incapacidad interpretativa de Neeson. Además, a pesar de que su personaje no pincha ni corta, su actuación brinda credibilidad a la película. Su presencia es necesaria para aliviar la rigidez técnica constante que se plantea, que es lo único que da estabilidad a la trama, como dijimos al principio. Mi segunda y más potente objeción es que en esta película no hay personajes femeninos que no sean intereses románticos de hombres; y sólo éstos son realmente relevantes para la trama. Las mujeres del film (solo dos; una, “la novia de”, y la segunda, “la esposa de”) sólo están para ser salvadas, estar quietas, huir, asustarse. La misoginia del guion se detecta a años luz. Para terminar: personalmente, estoy cansada de las películas del estilo de “Taken”. El intento con “Venganza Implacable”, supongo, es repetir ese éxito, pero sumándole cierta profundidad emocional, que, desde mi punto de vista, no se logra. De hecho, es una apuesta que no han ganado, ya que desestabiliza la historia. Sin embargo, por más que no es una película memorable, se puede ver (aunque mi consejo es que si tienen ganas de ver una de Liam Neeson, hagan maratón de “Búsqueda Implacable”). Por Carole Sang James Wan vuelve a su amado género de terror con MALIGNO. Madison está paralizada por visiones de asesinatos espeluznantes, y su tormento empeora cuando descubre que estos sueños de vigilia son, de hecho, realidades aterradoras. El cine de terror por muchos años ha sido considerado un género menor. En estos últimos años el aporte de directores como Ari Aster (HEREDITARY, MIDSOMMAR), Robert Eggers (THE WITCH, THE LIGHTHOUSE), Jordan Peele (GET OUT, US) e incluso Luca Guadagnino incursionando con su remake de Darío Argento (SUSPIRIA) han otorgado al género un salto de calidad que brinda un tono mucho más profundo, cinematográfico y simbólico. El cine de terror hoy puede ser buen cine. Es por eso que, debo advertir, mi opinión también se encuentra empapada de este promisorio presente. La cinta toma las bases del género giallo o, mejor dicho, juega a partir de este. Lo que comienza siendo un clásico film de terror termina virando más a la acción y el policial. Este podría ser su mejor acierto dado que no termina de asentarse en ningún género otorgándole cierto dinamismo a la experiencia. Por otra parte, aquellos fanáticos de Wan también podrán deleitarse con sus clásicas secuencias de acción y algunos toques donde puede verse su impronta. Pero, a mi parecer, la principal falla está en la de aferrarse a viejos elementos que el género ya no necesita. En especial un muy mal trabajo alrededor de los personajes. Todos simples, bidimensionales, con muy malos diálogos, motivos forzados, entre una larga lista que voy a evitar detallar. Casi como si el propio director no hubiese puesto interés en aquellas escenas en dónde no hay acción. Se hace difícil querer acompañar a estos personajes a lo largo de la cinta. Lo mismo sucede con la trama que, sin importar cuan fantasiosa pueda ser la propuesta, podría funcionar con un adecuado desarrollo. Un plano secuencia cenital, la intervención de unas canciones con sintetizadores potentes son algunos aciertos estéticos. Grandes directores han hablado de cómo a veces la carencia de recursos suele ser motor de creatividad. Quizás estar más atento a construir atmósfera y no descansar tanto en la espectacularidad podrían haber favorecido en más de una oportunidad (que también cabe mencionar, hay bastante CGI dudoso). Pero claro, entonces no sería una película de James Wan y aquí entramos en materia de gustos. En definitiva, MALIGNO viene a reencontrar a este director con el género que lo catapultó utilizando aquellos condimentos que más le gusta usar apostando fuerte a una secuela y, por qué no, posible franquicia. Casi como si la ansiedad misma hiciera pasar por alto el producto mismo pensando en lo que vendrá. Por Matías Asenjo El viernes pasado Camila Cabello nos dejó su zapatito de cristal en Amazon Prime Video, donde se estrenó “CENICIENTA”, una nueva adaptación del clásico, llena de música y nuevos planteos. Todos conocemos la historia de Cenicienta. Ella (Cabello) ha sido acogida por su madrastra y sus dos hermanastras, y se encarga de todas las tareas de la casa, pero no sólo hace eso, sino que, además, desea emprender un negocio como modista y valerse por sí misma. Ante la noticia de que el Príncipe organiza un baile para conocer a su próxima esposa, todo el pueblo se alista para ir con sus mejores prendas, por lo tanto, la protagonista no puede dejar ir la oportunidad única de deslumbrarlo, pero para ello tendrá que superar todos los obstáculos que su madrastra y el Reino pondrán en su camino. El guion es jovial y lleno de frescura, sumándole a eso las adecuadas interpretaciones de los actores. Cabello se destaca, por supuesto, debido a su asombrosa y emotiva voz, tanto en los temas propios de la película como en aquellos que son ‘covers’ y fusiones (conocidos como ‘mash-ups’). Aunque es cierto que el papel es perfecto para Camila, hay escenas en donde su interpretación da justo en el blanco, y otras en donde realmente no transmite nada. Esa inconsistencia, sin embargo, no daña necesariamente el resultado final. Cenicienta se vuelve un personaje entrañable y uno empatiza con ella. El príncipe es una figura muy carismática y canta excepcionalmente, y lo mismo sucede con la fabulosa Hada Madrina, que salva todo el film. La reinterpretación de la historia es interesante y actual. La trama se mantiene entretenida durante casi toda su duración, excepto al principio, en donde es tediosa la presentación musical de los personajes. El clima que se genera es casero, humilde, y a veces pomposo y exuberante. Esos contrastes atraen la atención del espectador y vuelven absorbente a la historia. El ensamble y los arreglos de las canciones son agradables, y se nota un gran trabajo en la producción de sonido. Visualmente, la composición y los colores logran una imagen pintoresca e inclusiva - tanto en lo referido a vestuario y escenografía como a pieles y caras -. Sin embargo, la confección de los vestidos, y las texturas que estos generan, son decepcionantes, dando un aspecto caricaturesco que no coincide con el ambiente. O sea, de lejos se ve bien, pero al mirar el detalle, el film pierde elegancia. Las partes más técnicas, como la fotografía, iluminación y postproducción, además, no ayudan, ya que al trabajarse con luz plena y difusa, sin contrastes lumínicos, cualquier textura que valga la pena, se pierde, y la saturación excesiva de la paleta de colores ridiculiza un buen trabajo de dirección de arte (mal ejecutado por vestuario). Lo más destacable es cómo se encaran problemáticas muy actuales, como la igualdad de género en ambientes laborales, las expectativas que se tienen (o tenían) por los roles designados por la sociedad para los hombres y las mujeres, el clasismo y la consciencia de clase, la masculinidad tóxica, y hasta la expresión auténtica de la identidad de uno mismo, mediante moda, peinado, maquillaje o trabajo, sin remordimientos ni tabúes. Eso se ve claramente con la escena del Hada Madrina, que nos deja boquiabiertos (para bien). Para mí, más allá de haber disfrutado la música, no fue una película memorable: no más que un buen capítulo de Glee, la serie.”Cenicienta” es un ‘fan service’ para aquellos que siguen a Camila Cabello, que es un público joven (o infantil) y desentendido de estos detalles. Desde ese punto de vista, no es una película mala, pero si no sos de esa audiencia, preferible pasarla de largo. Por Carole Sang Disponible en Amazon Prime Un poco de RESPECT que llega la historia de ella, la reina del soul, the one and only: Aretha Franklin. Personaje indiscutido de la música y de la lucha en defensa de los derechos humanos. La película se centra en su infancia, los obstáculos que tuvo que atravesar a lo largo de su vida, sus ‘demonios’ (término quizás sobreutilizado en el film) y los altibajos de una carrera que la puso en la cima de la historia de la música. Fue la propia Aretha Franklin quien eligió a Jennifer Hudson para que la interpretara en la película biográfica, y no se equivocaba. Hudson le vuelve a dar vida a Aretha por 145 minutos. Su interpretación es lo mejor del film y sus momentos musicales un deleite puro. Dentro del cast también se destaca el reconocido Forest Whitaker, quien despliega todo su oficio interpretando al padre de la cantante, un personaje lleno de contradicciones. El fuerte de la película está en la protagonista y su gran despliegue vocal, pero sin embargo tanto talento no alcanza para disimular los puntos débiles del guion. La historia cae en lugares comunes y hay situaciones que se presentan, no se instalan y luego tampoco se vuelven a nombrar. A su vez, suceden momentos de mucho peso dramático que no logran escapar a las convencionalidades hollywoodenses. La directora Liesl Tommy no se arriesga a experimentar y se mantiene fiel al estilo biopic. Sin embargo, este apego a las “reglas” impuestas por el género no es necesariamente algo malo y considerando que este es su primer largometraje, es más que entendible que todavía no tenga una impronta personal marcada. La historia, más allá de algún que otro flashback, se cuenta linealmente y no faltan las típicas secuencias de montaje con tapas de discos que pasan rápidamente ni momentos de giras. La elección de los planos es de a ratos muy predecible. La ambientación del film logra transportarnos a lo largo de las décadas en las que transcurre la acción. La dirección de arte, vestuarios, maquillaje y peinados nos guían para que los cambios temporales nos sean identificables. En los diálogos tampoco faltan referencias históricas que nos orienten. Era una tarea muy difícil resumir en una película lo que significa una figura tan icónica como lo fue Aretha Franklin, pero en definitiva se logra. “RESPECT” nos enseña que el brillo llega de a poco y es una entretenida oda a la reina del soul. Por Matías Villanueva Volvió la pareja más tóxica e inestable de los últimos años para seguir mostrándonos todo lo que no es sano en una relación amorosa mientras descubren secretos de su pasado y delinean el curso de su futuro. Si, llegó “AFTER: ALMAS PERDIDAS” la tercera entrega de las películas basadas en el best-seller homónimo. Tessa (Josephine Langford) retoma la historia con su padre mientras decide viajar a Seattle por su nuevo trabajo mientras Hardin (Hero Fiennes-Tiffin) aún no se decide si cambiar su estilo de vida para irse con ella. Todo esto planteado en un contexto de enojos y encuentros pasionales que transcurrirán durante todo el film. Un aviso que siento que debo hacer es que los actores secundarios han sido reemplazados por completo. Los personajes siguen siendo los mismos, pero con diferentes actores, esto siempre se presta a una terrible confusión en el espectador. Creo que en este punto falló el equipo de marketing del film al no anunciar con demasiada efusividad estos cambios bruscos. Hablemos de los aspectos técnicos, el guion es muy flojo. No existe siquiera una trama coherente que siga una línea dentro de la película. Cada escena pareciera independiente del resto. No hay una conducción dramática. Vemos peleas sueltas, reconciliaciones, escenas donde los protagonistas hacen el amor sin un sentido narrativo, solo por el simple hecho de mostrarlos como atractivo visual y no funcionales a una trama. Por momentos se subestima al espectador con escenas que son innecesariamente explicativas. Las actuaciones no me llegan a convencer. Todo me parece sumamente superficial desde el minuto uno. No encuentro la empatía o emocionalidad que se debe transmitir en películas de este estilo. La producción está bastante bien, hay varios usos interesantes de las locaciones, los vestuarios son adecuados y la estética acompaña a las entregas anteriores. Esta tercera entrega es la más floja de la saga, por su inconsistencia y abuso de escenas sueltas repletas de aclaraciones fuera de lugar. Tienen un producto interesante para explotar, existe una gran cantidad de público detrás de estas películas y podrían aprovecharlo de una mejor manera. De todas formas, es interesante verla para despertar determinados sentidos, seguir la historia y sacar conclusiones propias. Además, habrá una cuarta entrega que si deseamos verla tendremos que ver, si o si, esta tercera. Por Leandro Gioia Una nueva película de Marvel llega a los cines con la promesa de incluir a un nuevo personaje de los cómics en el maravilloso universo cinematográfico. Shang Chi, un personaje de fuertes lazos con la cultura asiática intenta hacerse un lugar en el corazón de los fanáticos a nivel mundial. ¿Lo logrará? Esta historia gira en torno a los orígenes del experto en artes marciales y maestro en Kung-Fu: Shang Chi (Simu Liu). Hijo de un despiadado conquistador chino (Tony Leung Chiu-Wai) y una madre (Fala Chen) experta en artes marciales con orígenes mágicos de un pueblo llamado Ta Lo. La película explica incisivamente los orígenes del personaje, por lo que necesariamente se explaya en esto ya que conocemos muy poco sobre él. Por momentos, esto hace que se vuelva lenta y repetitiva dentro de un guion estructurado para que se luzca Simu Liu con su personaje protagónico. La puesta en escena es impresionante. La cultura china está reflejada al 100% en todo momento. Los paisajes, las vestimentas e incluso la música hacen que el espectador se ambiente en la cultura oriental. Como nos tiene acostumbrados Marvel el nivel de producción es altísimo, las locaciones, la cantidad de extras y los efectos especiales son impactantes. Nuevamente el equipo creativo opta por imponer determinadas cuotas de humor que muchas veces son excesivas. En este caso creo que otorgan cierto respiro a una trama que por momentos se vuelve bastante dramática. Me sorprendió satisfactoriamente que se utilizaran tantos elementos fantásticos en la creación de este personaje. Cuando se proyectaba la película de Shang Chi imaginábamos que sería un héroe sumamente terrenal y con poderes que ajustician la capacidad humana, pero finalmente no es tan así. Los elementos fantasiosos de un universo cultural tan rico, como lo es el chino, le otorgan una mística particular única a este nuevo personaje. Quiero destacar las coreografías de lucha. Generalmente pasamos de largo algo tan importante como esto porque solemos ver ciertas similitudes entre las secuencias de acción que existen en las diferentes películas, pero en esta oportunidad siento que lograron algo superior. Hay una mística muy interesante en los diferentes movimientos que se realizan en las peleas, hay una particularidad estética que le aporta autenticidad a este film por sobre el resto de la compañía. Me gustó mucho esta nueva película. Tiene frescura, aporta una nueva cultura, diversifica el universo cinematográfico de Marvel y sobre todas las cosas entretiene muchísimo al espectador. Shang Chi llegó para quedarse entre las filas de los grandes héroes del cine y esperemos verlo en más oportunidades. IDEAL para verla en el cine con un buen balde de pochoclos. Por Leandro Gioia Llegó una nueva película perteneciente a “El Juego del Miedo”. Es la primera vez que vemos un film de la saga sin el actor Tobin Bell interpretando a Jigsaw. En esta oportunidad la protagonizan: Chris Rock, Samuel Jackson y Max Minghella. El detective Zeke Banks (Chris Rock) y su nuevo compañero (Minghella) siguen los pasos de un asesino en serie que tiene como objetivo torturar cruelmente y desenmascarar a todo el cuartel policial corrupto de Nueva York. En principio debo decir que el intento desesperado de renovar esta saga hace que se trabaje sobre algo ya visto queriendo imponer algo novedoso. El foco de atención está puesto en el protagonista, quien debe encontrar a un asesino despiadado que utiliza los métodos clásicos de tortura que ya vimos en otras oportunidades dentro de esta misma saga. Creo que se quiere lograr algo fresco, pero se queda a medio camino entregándonos un híbrido entre lo nuevo (con sabor a poco) y lo viejo (repetitivo). La producción está bien. No debe ser fácil recurrir tanto a escenas de tortura tan escabrosas. Los impactos de cada una de las secuencias de asesinato son sumamente crudos y llegan al tope de lo gore. Esto no cambia con respecto a lo que este tipo de películas nos tiene acostumbrados. Las actuaciones están bien, aunque se me hace sumamente raro ver a Chris Rock en un papel que no sea humorístico. El mismo actor tomó este desafío para alejarse de las típicas películas estadounidenses donde el humor absurdo desborda la pantalla. Samuel Jackson consigue una actuación correcta sin sobresalir y Minghella con su papel cliché de “compañero nuevo de trabajo” hace una interpretación correcta sin salirse de los estereotipos. Lo más interesante es el enfoque policial oscuro que se le da a esta nueva entrega. Sin destacarse demasiado la historia me atrapó por momentos y me dejó expectante de lo que podría suceder en el desenlace. Es una película hecha exclusivamente para los fanáticos de “El juego del Miedo”, quienes encontrarán lo que siempre se busca ver en estos films: crudeza, gore, morbo y muertes extremadamente tortuosas. Definitivamente NO ES APTA PARA IMPRESIONABLES. Por Leandro Gioia |
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Abril 2023
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