Este jueves se estrena “Espíritus Oscuros”, la nueva producción de Guillermo Del Toro, y trae todo el terror de Halloween bajo el brazo. La película es sobre una maestra de escuela (Keri Russell) que vuelve a Oregon después de varios años fuera. Luchando contra sus propios demonios, y enfocándose en su trabajo, nota que uno de sus alumnos, Lucas, no sólo es tímido, sino que parece ocultar algo. Sus dibujos perturbadores y la forma en que participa de la clase la hace buscar e indagar al respecto. Por otro lado, su hermano, el Sheriff de la ciudad, conduce una investigación debido a varios hallazgos extraños: algo terrible está pasando. Lo que no saben es que el niño tiene un secreto incontenible que puede arrasar con todo el pueblo. Este film tiene buen guion, y se hace notar enseguida. No sólo capta nuestro interés en los primeros minutos, sino que lo mantiene e incrementa en todos los momentos de tensión. La dirección (por Scott Cooper), el casting, todo lo mencionado, integran la trama con el storytelling audiovisual adecuado, dando como resultado una pieza realmente memorable. Lo único que una podría corregir es la falla de lógica en un par de escenas de la protagonista y otro personaje femenino en donde pecan de excesiva ingenuidad que no parece acorde a ellas… Típico de guion escrito por hombres, pero se la dejaremos pasar, porque el producto es de extrema calidad. El ritmo del montaje, las actuaciones, los efectos especiales, la psicología detrás de cada susto, son elegantes y manejados con cintura. El terror de “Espíritus Oscuros” no sólo son jumpscares vacíos, sino que encuentra la forma de que el espectador empatice con todos y cada uno de los personajes, de esta manera adentrándolo en la historia, viviéndola como propia. Es muy interesante el hecho de que no haya sustos traicioneros e irrelevantes por doquier, porque esto hace que confiemos en el ojo del director y en su narración de la trama. Acceder a esa confianza logra que, en las escenas en que hay horror, no tengamos miedo de mirar, y la vuelve un film terrorífico muy disfrutable, desde muchos puntos de vista. Uno de esos puntos de vista disfrutables es el técnico. La fotografía es absolutamente espectacular, y bien explotada, tanto artística como narrativamente. Las imágenes que se generan tienen contrastes altos y, por momentos, son casi monocromáticas, haciendo recordar bastante a la vanguardia expresionista de principios y mitad del siglo XX, que Tim Burton sigue usando hasta el día de hoy (aunque con mucha más fantasía). Los paisajes que se muestran en “Espíritus Oscuros” hacen que sea una pieza para ver obligatoriamente en pantalla grande. La dirección de arte no se queda atrás; explora muchas texturas, que el director sabe mostrar, y hasta puede sentirse a través de la pantalla el olor a muerte y putrefacción que se intenta transmitir. En mi opinión, no por nada se lo apoda a Guillermo Del Toro “Maestro de los Monstruos”. Me pareció profundamente perturbadora, con imágenes bellas y aberrantes. Una de las mejores películas de terror que vi este año y que tiene una oscuridad y elegancia dignas de destacar. ¡Ampliamente recomendada para este fin de semana! Por Carole Sang
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DUNE, una de las superproducciones más esperadas del año, llega a los cines para intentar quedar en el recuerdo de sus espectadores. Denis Villenueve quiere dar un salto en su carrera adaptando el aclamado libro de Frank Herbert en forma de saga cinematográfica. El extraordinario cast está compuesto por: Timothée Chalamet, Rebecca Ferguson, Zendaya y Oscar Isaac, entre otros. La historia sigue el camino de Paul Atreides (Timothée Chalamet), hijo de una importante familia noble que se encargará de luchar por Arrakis, un planeta desierto que fue esclavizado por el imperio de la familia Harkonnen. Los aspectos técnicos de esta película son una completa maravilla. Los paisajes son impactantes, los planos son preciosos, la construcción de los escenarios es sumamente precisa, la musicalización de Hans Zimmer es sobresaliente, la caracterización de los personajes es excelente, los vestuarios son increíbles y las elecciones cinematográficas a la hora de construir el sentido en las imágenes es cautivante. Denis Villenueve vuelve a demostrar todo su potencial como director, elevando a la enésima potencia su capacidad artística. Las actuaciones son excelentes. Todos cumplen con sus papeles. Quiero destacar a Rebecca Ferguson que vuelve a demostrar la brillantez que tiene a la hora de interpretar diferentes personajes. Los personajes poseen una diferenciación muy marcada. Esto es muy importante en películas que poseen una gran cantidad de mundos y de familias. Es muy difícil lograr una identificación cuando la cantidad de personajes es infinita, pero este film lo consigue. El mayor problema de esta producción radica en los tiempos narrativos. La cinta entra en baches enormes donde el contenido carece de entretenimiento, se recurre a planos muy extensos de apreciación cinematográfica y se pierde un poco el hilo de la historia. Hay problemas, se resuelven y se vuelve a entrar en un vacío que alarga el film de manera burda e innecesaria. Esto hace que una producción magnífica se reduzca a una historia de aventuras sumamente extensa. Hay muchos minutos de película y muy poco camino recorrido en la historia principal de la misma. Esto hace que el espectador llegue a aburrirse en varias ocasiones. En conclusión, DUNE es preciosa, impresiona y cautiva, pero, por momentos se hace extensa y densa en su contenido. Probablemente la vara estaba muy alta y eso hizo que ante ciertos baches sienta un poco de decepción. Para un disfrute auténtico de su cinematografía recomiendo verla en cines, incluso pienso que verla en casa puede llegar a ser una experiencia un poco densa. Gran película desde lo visual y sensorial, faltó un poco de genuino entretenimiento. Por Leandro Gioia Es octubre, el mes del Halloween, y este jueves se estrena “Z”, un film de terror que promete dejarnos sin ‘ZZZ’ (dormir). ¿Cumple? La historia cuenta cómo Josh, el único hijo de Beth, juega constantemente con su amigo imaginario, y empieza a comportarse de manera diferente. Su mamá, al principio, no le da importancia a esos cambios, creyendo que es una diversión inocente, propia de la edad. Sin embargo, el asunto deja de pasar desapercibido, y afecta tanto la rutina familiar como la vida escolar, las amistades y el ánimo del chico. Cuando Beth comienza a tener experiencias extrañas en la casa, quiere buscar la forma de ayudar a su hijo, llevándolo con un profesional y medicándolo, pero Kevin, el papá, se rehúsa a creer que Josh tiene problemas. Un psiquiatra, que había tratado a Beth en su infancia, encuentra similitudes con otro caso del pasado. Sin embargo, Beth se da cuenta de que esos problemas no terminarían sin que ella tome cartas en el asunto, sin importar qué cueste. Es una película de terror sobrenatural y psicológico, y la dirección cuenta la historia de una forma clásica del género, con comienzo inocente, casual, feliz, claridad de imágenes, y a medida que avanza, la tensión aumenta, el sonido es más envolvente, y la luz desaparece. Las actuaciones requieren mucho drama y química; esta última no siempre presente. Las mejores son las de Beth (Keegan Connor Tracy) y de su hijo Josh (Jett Klyne). La cinta está llena de jumpscares irrelevantes y baratos, o momentos de tensión indignantes que no sirven más que para manipular el ánimo del espectador. Si no es por la presencia de una banda sonora intensa, no genera impacto real, más allá de uno o dos planos que realmente asustan. En cuanto a los aspectos técnicos, no es nada del otro mundo. La estética, la paleta de colores, la luz parecen ser sacadas de algún manual de “cómo hacer películas de terror for dummies”, ya que no tiene nada que ayude a destacar la película de entre miles más similares. Existe, si, un buen uso de la cámara, algunos movimientos interesantes -aunque sólo por momentos-, pero no es suficiente para ser memorable en nuestras retinas. La trama, sin embargo, a pesar de ser simple, transmite un mensaje subliminal sobre la violencia psicológica que viven muchas personas que son víctimas de abuso emocional o físico. La manipulación ejercida recuerda a ese sufrimiento: nos conecta con los traumas, los aspectos oscuros, la otra mitad de nosotros mismos que quizás no nos animamos a confiar con todo el mundo, por temor a la vulnerabilidad, vergüenza, ser heridos. Como agregado, también es importante lo que se expresa sobre el impacto de los adultos (o cualquier factor externo) sobre las infancias, en que se aprende a vivir e interactuar en sociedad. Cualquier golpe (fuera físico o psicológico) genera un antes y un después en la persona que se está formando. Esta película retrata eso con elegancia, usando una premisa sobrenatural y figurativa. De todas maneras, mi opinión personal es que esta película no aprobó el examen. Es totalmente olvidable. Por Carole Sang EL ÚLTIMO DUELO llegó a los cines para relatar una historia medieval basada en hechos reales. Bajo la dirección del gran Ridley Scott (Gladiator & Alien) y un cast impresionante compuesto por Jodie Comer, Adam Driver, Matt Damon y Ben Affleck. La película está basada en la verídica historia de rivalidad que existió entre Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver), a partir del acoso de Le Gris a Marguerite (Jodie Comer), mujer de Carrouges en ese entonces. El film tiene una narrativa muy interesante. Me gustó mucho la construcción de los sucesos a partir de los puntos de vista de cada uno de los protagonistas. El relato se hace repetitivo por momentos, pero eso no le quita lo fresco y novedoso. Las estéticas son perfectas. Ridley Scott es un hombre muy capaz de representar el género “épico” en el cine. Las escenas de acción son muy potentes e impactantes. Los momentos de emoción violenta o tristeza son perfectos, generan en el espectador una sensación terrible de dolor e injusticia. Es una gran representación de lo que se vivía en esas épocas. Las actuaciones son extraordinarias. Adam Driver y Matt Damon hacen unos papeles impecables, aunque el premio mayor se lo lleva Jodie Comer. Su interpretación de Marguerite es brillante. Emotiva, auténtica y con una fuerza actoral descomunal, de las mejores interpretaciones del año. La historia es interesante y muy cruda. A todos aquellos que les interesan las historias basadas en hechos reales, esta película transmite todas esas características típicas que generan un impacto enorme en la reflexión del espectador. Concluyendo esta reseña debo decir que “El último duelo” es una gran película. Su fuerza narrativa y su impacto visual hacen que sea una obra muy interesante de ver. Se mete directo entre lo mejor de este 2021. Como siempre, aconsejo verla en cines para un mayor disfrute. Por Leandro Gioia VENOM, el histórico archienemigo de Spiderman vuelve a escena con una nueva película protagonizada por Tom Hardy, Michelle Williams y Woody Harrelson . Andy Serkis toma, nuevamente, las riendas de la dirección en esta humorística entrega del supervillano o antihéroe simbionte. Eddie Brock (Tom Hardy) y su acompañante Venom intentan descubrir los secretos de la convivencia cuando un preso que está condenado a muerte (Woody Harrelson) se infecta con un simbionte propio. La película se construye alrededor de lo mismo de la primera, cuotas exageradas de humor, una trama dispersa, personajes con poco desarrollo y un uso exagerado de CGI. El personaje de Venom toma la personalidad de un antihéroe gracias a su relación con Eddie y esto indica que la continuidad de este personaje dentro del universo de Sony será sin verlo como villano. El elenco es extraordinario y sus actuaciones están muy bien. Lo que no me gustó es que estén desaprovechando semejante cast para hacerlos hacer papeles tan superficiales y poco divertidos. No es culpa de los actores y actrices, sino de quienes escriben sus papeles. La producción está correcta pero no hay muchas locaciones, no existe una gran cantidad de actores y los efectos son exagerados en tiempo y forma. Es un film muy corto y directo, en este sentido es perfecto para quienes quieran disfrutar de una experiencia esporádica y veloz. No invita demasiado a la reflexión y se apoya en la espectacularidad de las luchas entre simbiontes. A aquellas personas que quedaron fascinadas con la primera, es muy probable que disfruten mucho de esta secuela. Toda la acción es llevada al extremo. En lo particular sentí que hubo mucha contaminación de ruidos y sonidos que hicieron irritante el tercer acto. Es una película interesante gracias al sentido diferente que se le da a Venom, pero esto también lleva a que sea muy criticada por la misma razón. Es una buena opción para pochoclear durante una hora y media. ¿Lo más impactante? En la escena post-créditos. Por Leandro Gioia |
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Abril 2023
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