Finalmente dejando de lado clichés argumentales al estilo chicas pesadas, “Moxie” es el tipo de historia que me hubiera gustado que me cuenten en la adolescencia. Vivian Carter (Hadley Robinson) es una adolescente de dieciséis años que, en su búsqueda por encontrar su propia lucha, decide comenzar un movimiento feminista anónimo en su escuela. Gracias a su iniciativa, alumnos y profesores comenzarán a cuestionarse ciertos mandatos ya normalizados, y las voces que no tenían espacio se harán escuchar. El film está lejos de despegarse del común de películas adolescentes americanas, pero sorpresivamente pone el foco en cuestiones mucho más importantes que romances no correspondidos, batallas de género, o simplemente jóvenes incomprendidos caprichosamente. “Moxie” construye al feminismo sin necesidad de llamarlo como tal desde un principio, y nos grafica al patriarcado de forma casi infantil. Este grupo de mujeres protagonistas, con realidades completamente diferentes, demuestran la simpleza de la sororidad, la empatía y el trabajo en equipo por un objetivo común. Como mujer es muy fácil conectar con la trama ya que el empoderamiento en ningún momento roza la línea de lo forzado, sino que verdaderamente es una construcción colectiva, a su tiempo, con sus victorias y sus derrotas. No importa la edad que tengas, aun siendo en un contexto adolescente y con todas las crisis que eso conlleva, la película logra sensibilizarte. Amy Poehler, directora y actriz (representando a la madre de Vivian), nos invita a cuestionarnos el lugar que ocupamos en la sociedad desde la mirada de una chica que está descubriendo su mundo. Citando su entrevista para Vogue “Vivian enciende la mecha y deja que la llama se extienda.”, probablemente nosotros también terminemos un poco prendidos fuego. Por Cami La Diez
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Vuelve el cine y su propuesta fuerte viene de la mano de Christopher Nolan con la esperada TENET. El protagonista de esta aventura (John David Washington) deberá pelear por la supervivencia del mundo entero sin más información que la palabra “Tenet” embarcándose así en una misión que lo llevará a viajar más allá del tiempo lineal tal como lo conocemos. Nolan (Dunkirk, Inception, Memento, la trilogía del Caballero Oscuro) sigue como siempre su curiosidad a la hora de contar historias sin importar lo complejas que puedan llegar a ser. Aquí vuelve a entrometerse con la temática del tiempo, pero en esta oportunidad lo hace más específicamente con el concepto de tiempo invertido. La cinta es visualmente hermosa. Con el buen gusto habitual del director a la hora de trabajar estética: la fotografía, esa coloratura sobria y la prolijidad de planos son un verdadero deleite. Sumado a grandes secuencias de acción atractivas y de gran complejidad. La banda sonora, a cargo de Ludwig Göransson (teniendo a Hans Zimmer ocupado en Dune), al igual que todo el trabajo sonoro encajan de manera exquisita. Potencian cada experiencia que Tenet nos quiere proponer. El director siempre desafía a sus compositores hacia una búsqueda que imprima particularidad al film y en este caso por supuesto hay cierto juego con el sonido de relojes y sonidos al reverso. A pesar de todo esto, a Tenet pareciera encajarle un término que siempre detesto leer/escuchar en críticas: pretenciosa. Y no hablo de que se entienda o no. Soy un fiel defensor de películas con trama compleja o inentendibles. El cine no siempre está para darnos todo masticado. Claramente aquí no se espera que entiendas todo a la primera. Sin embargo, en este caso la necesidad de bajar información se siente por momentos forzada a la vez que diluyen la trama. Todo esto dicho por alguien que le encanta Interstellar, una de sus películas más complejas y criticadas justamente por este mismo tema. El desarrollo de personajes es uno de los puntos más flojos de la cinta. Los actores aciertan en sus roles, pero sus personajes tampoco permiten mucha tridimensionalidad. Sí, hay conflictos personales. Sí, los personajes tienen sus motivos. Pero en ningún momento se logra una verdadera empatía con ellos. Incluso la edición pareciera también atentar contra el trabajo actoral por momentos. Tenet es un trabajo técnico impecable que por momentos se siente como un espectacular y reluciente caparazón vacío. De todos modos, no deja de ser una película entretenida con una cautivadora premisa pensada para ser vista en pantalla grande. Si tenés intenciones de ver Tenet te recomiendo fuertemente que reserves tu butaca porque la experiencia no será la misma en tu casa. Por Matías Asenjo Por más raro que parezca, cuando escuchemos “Descuida, yo te cuido” hay que estar atentos de quién viene. Marla Grayson (Rosamund Pike) es una tutora legal que, junto a su pareja Fran (Eiza González), trabaja para el estado al cuidado de jubilados, pero que detrás de esta pantalla se aprovecha de su vulnerabilidad para estafarlos. En su camino se encuentran con Jennifer Peterson (Dianne Wiest), una anciana que parece ser una mina de oro. Cuando descubren que guarda muchos secretos y que está conectada directamente con un criminal (Peter Dinklage), ya es demasiado tarde. J Blakeson, director y escritor, quien paso a paso construye su carrera cinematográfica, dio en la tecla con un guion intrigante y un reparto sólido. Su universo nos presenta a dos anti-héroes, quienes están en constante tire y afloje, casi apostando cuál será la ambición más desahuciada. Si bien la historia no es una obra maestra, nos mantiene atentos hasta el final, mientras el peligro y la tensión aumenta cada vez más. Marla Grayson representa a una mujer con una determinación cínica, que sale de todos los paradigmas sociales y que sabe lo que quiere. Lo interesante es la cuota de naturalidad que se le otorga a esta mirada, ya que en ningún momento su realidad de mujer poderosa es cuestionada. Por lo contrario, ayuda a encubrir sus negocios más desalmados. Siguiendo la línea de Gone Girl, Rosamund Pike, construye un personaje al cual odiaremos amar. Peter Dinklage, polarizándose de su icónico trabajo en Game Of Thrones, nos deleita con un criminal caprichoso, casi tirano, que mantendrá a Marla al borde del precipicio en todo momento, y quien no dará el brazo a torcer. “I care a lot” es una pieza entretenida y atrapante, teñida de mucho humor negro, empoderamiento femenino y orgullo LGBT+. Con una duración de 118 minutos, pertenece a lo mejor de la cartelera de Netflix. Por Cami La Diez |
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Abril 2023
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