¡VOLVIERON LOS TITANES! Estos terroríficos pero amigables monstruos regresaron para romper taquillas en plena pandemia. Luego de los sucesos de “Godzilla 2”, el temible monstruo japonés vuelve a atacar y esto enciende las alarmas de las fuerzas armadas estadounidenses ¿Podrá King Kong ser la solución a este gran problema? “Godzilla vs Kong” es la cuarta entrega del universo cinematográfico que construyó Warner en conjunto con Legendary en estos últimos años. Luego de “Godzilla” (2014), Kong: La Isla Calavera” (2017) y “Godzilla II: Rey de los monstruos” (2019) llega esta entrega definitiva donde ambos personajes se enfrentarán en un duelo extraordinario. El film es sumamente simple, no da rodeos sobre tramas complicadas y constantemente avanza hacia un punto específico. Esto hace que el espectador no se distraiga ni saque la atención que debe darle a los dos personajes principales que son, sin dudas, la apuesta definitiva de los creadores de la saga. La producción nos entrega todo lo que esperábamos, mucha acción, tremendas imágenes de lucha, edificios derribados y unos efectos especiales muy bien logrados. Todo esto es acompañado por una musicalización épica y con unos personajes humanos que tienen su cuota correcta en pantalla. Los puntos más importantes de esta historia nunca fueron los grandes diálogos ni las tramas sorpresivas o exuberantes. Lo importante siempre fue que Godzilla y King Kong se luzcan, que sean protagonistas estelares y puedan explotar todo su potencial en pantalla. Esto se logra muy bien. La película entretiene mucho, está en constante movimiento y no deja respiros. La dirección de Adam Wingard es buena, aunque no es una historia a la que haya que exigirle demasiado, ya que está construida alrededor de unos personajes mitológicos, que, a pesar de su destrucción, generan mucho fanatismo en los espectadores. Es por esto que, a grandes rasgos, me parece una producción excelente con una historia correcta que está a la altura de lo que se esperaba. Ideal para ver en una pantalla gigante junto a un abundante balde de pochoclos. Por Leandro Gioia
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Luego de la gran apertura de los cines llega a la cartelera un thriller con un rostro bastante conocido perteneciente a la TV. Maisie Williams está lista para hacer temblar la pantalla grande. ¿Podrá luchar aquí de la misma manera que contra los White Walkers? Allá por los años ‘90 y en un pueblo Inglés, un grupo de tres jóvenes deciden entrar a robar un gran domicilio en donde viven dos adultos mayores: El Dr. Huggins (Sylvester McCoy) y la Sra Ellen (Rita Tushingham). Su gran objetivo consiste en abrir una caja de seguridad guardada en el sótano de la vivienda. Sin embargo, el plan no sale a la perfección y allí es donde Mary (Maisie Williams), la novia de uno de los delincuentes, se ve afectada y sin ánimo alguno debe entrar junto con ellos. Las expectativas de finalizar su tarea y huir son altas, pero Los Propietarios no planean dejársela muy fácil... En aspectos generales, el film cumple con lo que promete. Al ser una pieza del sub género “Home Invasion” tenemos todos los elementos que solemos esperar y encontrar en cintas de este tipo. Es por eso que no sorprende ni deja lugar a dudas: juega con los puntos de giro de forma correcta pero tampoco se arriesga. Estamos frente a un thriller que, en mi opinión, subestima en cierto punto al espectador y nos vende ideas que ya hemos comprado tiempo antes en otros productos audiovisuales, dejándonos servidas la totalidad de las respuestas que buscamos al verla. Tratándose de un thriller con tintes de terror, confieso que esperaba más condimentos del estilo. Sin embargo, la tensión se mantiene de forma pareja a lo largo de todo el film y se vuelve entretenida para el espectador, siendo este un punto muy positivo y destacable de la película. No puedo dejar de pensar que por momentos las decisiones de los personajes se veían algo inconsistentes y, lamentablemente, funcionales a la trama. Cuatro jóvenes vs. dos adultos mayores dejan ver para cualquiera una gran ventaja para uno de estos grupos, que al parecer, en el guión decidieron omitir y no justificar con acciones a la altura. Más allá de que su realización es correcta, no hay nada que se pueda hacer si el “problema’’ reside en las páginas. Las actuaciones se destacan por encima de la trama y elevan a esta pieza hacia otro nivel. Los momentos más cercanos al terror registrados en esta película se los lleva todos Rita Tushingham, quien con su personaje logra erizarnos la piel en varias ocasiones. Maisie Williams usa todo su talento a favor del film y logra al mismo tiempo despegarse de forma radical de uno de los roles más destacados y conocidos de su trayectoria (Arya Stark, Game of Thrones). Para los que estamos tan acostumbradas/os a verla en ese antiguo rol, es más que grato poder servirnos de su calidad de actriz desde la frescura de otros papeles. Probablemente me hubiese gustado que algunos detalles del género se traduzcan de otra manera sin usar necesariamente los mismos elementos que estamos acostumbrados a ver en la base de cualquier película thriller-terror, como por ejemplo el sótano. El mundo se encuentra repleto de elementos terroríficos en el sótano de una antigua casa, y continuar perpetuando este hecho seguramente resulte agotador para más de un espectador. En grandes rasgos la considero una película positiva en cuanto a calidad de actuaciones, dirección y fotografía. A pesar de haber caído en ciertas zonas de confort del género, cumple de todas formas. Lo más destacable de este film es el hecho de haber logrado entregar un producto a la altura de la trama y no haber abusado de la alta expectativa a la hora de su venta. Por Milena Orlando “¡El mundo entero está mirando!” Escrita y dirigida por Aaron Sorkin, “El Juicio de los 7 de Chicago”, está arrasando con sus varias nominaciones durante esta temporada de premios. Basada en los hechos reales ocurridos en Estados Unidos en un contexto complicado de su historia, esta vorágine de los años ´60 sigue resonando con temáticas presentes en la sociedad norteamericana actual y del mundo. La historia se centra en el juicio a siete hombres que lideraban diferentes protestas en la ciudad de Chicago, dirigidas a la finalización de la Guerra de Vietnam. Dentro de este contexto hostil en EEUU vemos como los acusados de “causar disturbios” sufren las injusticias constantes de un sistema que apoya al poder, y un juez incompetente que por ocasiones pareciera estar completamente alejado de la objetividad de la ley. La película logra caracterizar muy bien a la sociedad de ese momento, donde existían grupos en contra de la guerra y grupos a favor de la misma, donde se incluía al actual gobierno de Estados Unidos (siempre existió la grieta que separa estos polos opuestos, en absolutamente todo el mundo y a lo largo de la historia de la humanidad). Este film se realiza en su mayoría dentro del estrado donde los acusados y su abogado defensor luchan porque se aplique la ley como corresponde, mientras del otro lado está el fiscal defensor de las causas del gobierno que, si bien hace su trabajo, sabe que se están cometiendo injusticias y empatiza con la situación de los 7 imputados. A partir de las declaraciones de cada uno de los acusados y los testigos de los hechos, nos van desvelando los sucesos por los cuales el juicio está en marcha. El largometraje también hace especial énfasis en el destrato hacia las personas de color. Como el poder judicial en el dictado de sentencias y el poder abusivo policial discriminaban con desprecio a las personas Afroamericanas. Es un placer ver esos niveles de interpretación. Eddie Redmayne (Tom Hayden) logra captar la esencia fundamental de su personaje. Frank Langella en su papel de juez, logra que cada uno de los espectadores le tome el odio que realmente merece su personaje (nada fácil de lograr). Pero la atención y las luces del escenario se las lleva Sacha Baron Cohen interpretando el papel de Abbie Hoffman. Es excelente la construcción que logra de su personaje y a muchos les sorprenderá verlo trabajar de esta manera en un rol dramático luego de las risas que acostumbra sacarnos con sus films. El guión de Aaron Sorkin (Ya ganador de un Golden Globe por su labor) es realmente muy preciso y minucioso, las infinitas referencias históricas hacen que cada detalle y cada diálogo entre personajes valgan la pena. Igualmente, de a ratos, apela a un espectador activo y con cierto conocimiento previo de los sucesos, como para situarse mejor en el momento histórico y no perderse ningún detalle de las conversaciones y las motivaciones de los protagonistas. Me hubiese gustado que se incluyan incluso más imágenes de lo que sucedió en aquella protesta, o que se aborde el clima político más en profundidad, esto ayudaría a contextualizar y guiar a quienes pueden sentir lenta la narrativa o evitar alguna falta de información. Netflix apostó por esta película para la nominación al Oscar, y lo logró. Los diálogos junto con un tan enorme y talentoso cast hacen que todo funcione a la perfección. Con un exquisito final, el film nos dejará pensando acerca de nuestra sociedad actual y nos hará ver las preocupantes similitudes que hoy en día se sostienen con aquellos ya lejanos años ´60. Por Leandro Gioia Después de una prolongada espera de 4 años, sale a la luz la versión oficial de la Justice League, dirigida por Zack Snyder. Luego de su renuncia en 2017 debido a causas muy personales, el proyecto de JL lo tomó Joss Whedon, un director que llegó para cambiar por completo la visión que había implantado Zack Snyder a lo largo del Universo Cinematográfico de DC. Al ver los resultados finales de la película Justice League (2017), los fanáticos comenzaron a pedir, implorar y reclamar que el “corte de Snyder” saliera a la luz. Finalmente, luego de una ardua lucha en redes sociales, este corte es publicado. Por fin se hizo justicia para Zack Snyder, un hombre que, bien o mal, tenía en sus proyectos un extenso universo de superhéroes y villanos que construir, pero que por culpa de una desgracia personal y los recelos que existen en las compañías cinematográficas, había dejado a medio camino. Este 18 de marzo se hizo realidad su sueño y el de todos los fans que pidieron por esta versión de La Liga de la Justicia. Si entro en comparaciones debo decir que esta cinta no tiene absolutamente nada que ver con la que vimos en 2017. En esta versión los círculos dramáticos cierran a la perfección, cada una de las cosas sueltas que dejaba la versión de Whedon son explicadas al más mínimo detalle. Se responden muchísimas preguntas, pero también deja algunas tramas abiertas… Se detiene reiteradas veces en el desarrollo de los personajes, sobre todo en la parte emocional de cada uno de ellos. Esto hace que el ritmo se pierda un poco, pero a mí me parece válido el uso de ese tiempo. Visualmente es una joya, los efectos especiales son muy acertados y van de la mano de una acción inigualable. Ya habíamos visto en películas como “Man Of Steel” (2013) y “Batman v Superman” (2016) que Zack Snyder manejaba a la perfección las coreografías de lucha, “Justice League” (2021) no es la excepción. Esto hay que sumarlo, también, a la epicidad mitológica que le agrega el director a sus personajes principales. Otro punto a destacar es el uso de la emotividad acompañado de una musicalización muy sobria que me sorprendió y siento que le dan un valor agregado a cada una de las escenas. En cuanto a aspectos más técnicos en pantalla. Los personajes son sumamente oscuros, incluso los ambientes son manejados en escalas cromáticas que recorren desde los negros hasta los grises, resaltados con algún color, generalmente rojo, que podría asociarse a la sangre. Hay muchas referencias a los cómics, muchos personajes nuevos e incluso algunas sorpresas… Sin dudas “Zack Snyder 's Justice League” se encuentra a la altura de las grandes películas de superhéroes. ¿Por qué me animo a afirmar esto? Porque el film lo amerita. Los personajes son completamente únicos y tienen su cuota indicada de pantalla donde cada uno se luce. El sello distintivo del director le da una tonalidad al film que es difícil de olvidar y los villanos tienen grandes ambiciones. Todos estos condimentos sumados a los que vengo enumerando, hacen que la cinta sea una de las mejores de DC. Era hora que estos personajes tengan una película que los respete y les dé el reconocimiento que realmente merecen. Esta película va más allá de todos los aspectos técnicos de los que les estuve hablando, porque hubo un director que exigía poder terminar lo que había empezado, porque hubo un enorme movimiento de fans en todo el mundo que querían ver esta versión y eso es algo único, muy difícil de repetir. Es por eso que se viene hablando hace rato de este film y por mérito propio se seguirá hablando de él por mucho tiempo más. Por Leandro Gioia. En un intento de maravillarnos, MUJER MARAVILLA 1984 termina enredándose con su propia cuerda. Nos situamos en la década de los 80, donde Diana Prince (Gal Gadot) vive una vida tranquila manteniendo un perfil bajo y usando sus poderes sólo para mantener el orden. Su paz no durará mucho, ya que por culpa de una codiciada reliquia deberá enfrentarse a Cheetah (Kristen Wiig) y Max Lord (Pedro Pascal) para salvar a la humanidad de sí misma. La película comienza mostrando los inicios de la Mujer Maravilla y nos deja en claro el concepto de que todo logro valioso en la vida lleva tiempo, y está regido por la verdad. De esta manera, cualquier atajo que tomemos basado en mentiras no llegará a buen puerto. A partir de esta premisa, el film se apropia de la leyenda de la mano del mono, haciendo de una piedra muy antigua una fuente de deseos a cambio de algo muy preciado. Pero el argumento se les va un poco de las manos. En pos de volver el conflicto singular algo global, empiezan a surgir algunos grises en torno al guión y cada vez hay más cabos por atar. Ya nos acostumbramos a ver protagonistas y antagonistas que visibilicen la constante lucha que transitan por el simple hecho de ser mujer. En esta ocasión, la representación a veces puede resultar algo forzada, como queriendo imponer esta idea. Aunque a favor, la no sexualización de los cuerpos, como solía ser sobre todo con las superheroínas, está bastante bien lograda. Intentando no entrar en detalle para evitar el spoiler, algunas decisiones argumentales son algo cuestionables y hasta polémicas. El ejemplo más concreto es el de que Steve Trevor (Chris Pine) tenga que poseer otro cuerpo para existir en la vida de Diana, siendo que el personaje abducido no aparece más que para presentar esta idea y no hace en absoluto a la trama (a mis ojos se torna medio morboso). A mi criterio, a las 2:30hs de película le sobran algunos minutos. Mientras que los momentos en donde Diana pone a prueba sus habilidades son muy entretenidos y están bien coreografiados, también se peca de varias escenas explicativas que le quitan ritmo. Sobre decisiones polémicas, el conflicto se resuelve con la Mujer Maravilla rompiendo la cuarta pared y hablando directamente a cámara. Dando a entender que no sólo le habla al mundo ficcional, sino al público en sí. Su discurso refuerza la idea presentada al principio de la película, y con esto logra su objetivo. Pero en el punto de destrucción en el que se encuentra la historia resulta algo inverosímil que realmente alcance. Quizás no sean las mejores batallas que la Mujer Maravilla haya peleado, pero con un buen balde de pochoclos y enfocándonos en el trabajo de Gal Gadot, disfrutaremos de una película entretenida. Y eso sí, la aparición de Lynda Carter en la escena post créditos logra que cerremos la película con una sonrisa. Por Cami La Diez Llegó el momento de hablar de la película más nominada a los premios Oscar: MANK. El film se autodefine como la obra más personal de David Fincher. Analizando su filmografía podemos encontrar en "Mank" características que la convierten en una producción única y diferente. La historia gira en torno a Herman Mankiewicz intentando escribir el guión de la reconocida obra maestra: "El Ciudadano Kane" (Orson Welles). Todo esto mientras está rodeado por el contexto socio político que circundaba a la sociedad Hollywoodense de los años 30. El alcohol cumple un papel fundamental en el film, ya que está instalado como el gran enemigo de Herman, pero a la vez como su más grande aliado a la hora de generar la creatividad necesaria para escribir. La producción es impecable. La ambientación en los años '30 junto a la música de la misma época redondean un clima espectacular, además, cabe destacar que los vestuarios son sublimes. La dirección de fotografía (Erik Messerschmidt) está hecha con una minuciosa mirada que ahonda en todos los detalles, una exquisitez visual que realmente encanta a la vista. Las actuaciones me parecen todas sumamente destacadas, sobre todo la del genial Gary Oldman (Mank), quien sigue sorprendiendo por su enorme capacidad interpretativa y vuelve a estar en boca de todos por su trabajo. El elenco lo completan grandes figuras como Amanda Seyfried, Lily Collins, Arliss Howard, Tom Pelphrey y Sam Troughton, entre muchos otros. El guión construido por el padre de Fincher es cuidadoso y bien equilibrado. La descripción de las problemáticas que existían en las compañías de entretenimiento en el Hollywood de los años 30 es muy interesante de ver, pero es necesario saber el trasfondo de antemano, ya que la cinta no se detiene a explicar los detalles de aquella actualidad. El director no se enreda en intentar esclarecer lo que está sucediendo. No opta por recurrir a momentos de aclaración, que suelen ser aburridos para el espectador, sobre todo para aquel que sabe de lo que se está hablando en la película. Me parece muy interesante que David haya tomado ese camino. Sin embargo esta película no parece ser para cualquier tipo de espectador. Todo aquel que la vea sin tener idea de quién es Herman Mankiewicz o no sepa del conflicto que hubo alrededor del aclamado film “Citizen Kane” no la disfrutará lo suficiente. Por momentos, también, me hubiese gustado que exista un poco más de emoción y profundidad en los personajes que rodean al protagonista. En estos tiempos donde no vimos tantas producciones que se destaquen por su agudeza visual y narrativa, estamos en presencia de una de las mejores cintas del año. David Fincher llega nuevamente con una película en la que se destaca y esta vez de una manera muy diferente. "Mank" es un gran homenaje a Herman Mankiewicz, quien vivió en las sombras de Orson Welles, y siempre mereció este gran reconocimiento por haber escrito el guion de “Citizen Kane”, que es considerada por los críticos como una de las mayores obras maestras del cine. Por Leandro Gioia Los hermanos Russo (Avengers: Infinity War y End Game) volvieron a la carga con una nueva película. Esta vez eligieron a Tom Holland como el protagonista estelar de esta historia que podría encasillarse perfectamente en el género dramático. La premisa es simple: Un joven estudiante de medicina (Tom Holland) se alista en el ejército de los Estados Unidos y como consecuencia de ello su vida cambiará para siempre. Voy a comenzar destacando las actuaciones. Tom Holland vuelve a demostrar que es muy capaz de llevar a cabo personajes sumamente oscuros e invadidos en problemas sociales. El actor ya demostró en “The Devil All The Time” que puede manejar una versatilidad admirable a la hora de interpretar distintos personajes. Pero lo que hizo en esta película es diferente, no solo logró captar la esencia de un sujeto desbordado por las situaciones socio-culturales que lo afectan, sino que también logró representar grandes dramatizaciones donde la personalidad a interpretar oscilaba entre el bien y el mal. Holland demostró una vez más que es un actor con un presente fabuloso, pero sobre todo con un enorme futuro. La actriz Ciara Bravo tampoco se queda atrás con su interpretación. Muy solvente e importante ya que interpreta a uno de los personajes principales que acompaña al joven protagonista durante todo el film. Hablando estrictamente de la película, no puedo dejar pasar que me pareció un intento de hacer algo diferente, pero cometió el error de acumular elementos que ya vimos en otras películas: el amor, la guerra, las adicciones, los traumas y/o el crimen. A su vez, al querer abarcar tantas temáticas el film se vuelve un poco superficial, ya que no le da el tiempo suficiente a la trama de ahondarse en la profundidad de los personajes principales. Esto lleva a que la historia esté contada muy por encima y no deja al espectador empatizar con las realidades de los personajes. En cuanto a los aspectos técnicos, hay que reconocer que es una superproducción. Nuevamente los hermanos Russo apuestan a la acción desenfrenada y a los grandes paisajes. Siento, de todos modos, que en la edición existe un excesivo uso de las secuencias de montaje. Hay escenas fundamentales que se resuelvan con dicha técnica y le restan todo tipo de sentimentalismos a las dramatizaciones. Otro aspecto que me resultó extraño es la utilización de “La ruptura de la cuarta pared”. Un elemento que bien usado puede ser muy atractivo a la hora de contar una historia, (como sucede en “Deadpool” o “House Of Cards") pero en “Cherry” no aporta absolutamente nada. Concluyendo esta breve reseña, puedo decirles que “Cherry” es una película que entretiene, pero que no llega a ser lo que pretende ser. La ambición desmedida de los hermanos Anthony y Joe Russo llevó a que este largometraje carezca de profundidad y emociones vivas. Por Leandro Gioia Volvió el dibujo animado que más fronteras etarias rompió a lo largo de la historia de la televisión, pero esta vez llegó en forma de largometraje adaptado al estilo híbrido que existe entre la animación y el live action. Esto ya lo vimos en otras películas tales como “¿Quién engañó a Roger Rabbit?” (Robert Zemeckis) y “Space Jam” (Joe Pytka). Tom y Jerry trasladan sus aventuras a la ciudad de Nueva York, en donde conocen a Kayla (Chloe Grace Moretz), una trabajadora oportunista que los utilizará para mantener su nuevo puesto laboral en un prestigioso hotel céntrico. El film está dirigido por Tim Story (Los Cuatros Fantásticos) y protagonizado por Chloe Grace Moretz, Colin Jost, Pallavi Sharda y Michael Peña, además de (obviamente) los simpáticos Tom y Jerry. Como punto a favor, la película está repleta de referencias hacia otras producciones de Warner Bros. Además, es muy destacable que la esencia de los personajes siga vigente, teniendo en cuenta que han pasado ochenta años desde su creación. La cinta tiene problemas en el guion. Los conflictos a resolver están en constante cambio y movimiento, pero no tienen un objetivo claro, esto hace que la trama sea inconsistente o no siga un hilo conductor que sea interesante para el espectador. En ocasiones da la sensación de que el relato es una sucesión de episodios superpuestos unos sobre otros. La animación cumple, pero también debo decir que me traslada a los años noventa. No existen demasiadas mejoras visuales con respecto a, por ejemplo, Space Jam (1996). Esto puede ser visto como algo bueno, por mantener esa esencia o como algo malo por no haber usado más recursos que mejoren a estos personajes. A mí no me convencen del todo. En cuanto a los personajes de Tom y Jerry, no tienen el protagonismo que se merecen. La película lleva sus nombres en el título, pero los verdaderos protagonistas son siempre los actores humanos. Esto hace que uno se quede con la sensación de que, por momentos, el gato y el ratón pasen a un plano secundario dentro de la historia. La narración maneja códigos sumamente infantiles. Divierte de manera dispersa, con chistes típicos de caricaturas, por lo que es pura y exclusivamente para niños. Puede resultar una buena opción para volver al cine en familia. Por Leandro Gioia ¡Disney, es por acá! En el Reino de Kumandra los seres humanos y dragones cohabitaban en armonía, hasta que una multitud de criaturas misteriosas y diabólicas, los Druun, amenazaron el territorio. Los dragones, en un acto de confianza y amor, se sacrificaron para salvar a la humanidad. En la actualidad –500 años después - la civilización se vio nuevamente en riesgo mortal y Raya, una joven guerrera, se encargará de encontrar al último de los dragones, siguiendo los principios y valores de sus ancestros. Con cada entrega, Disney deja cada vez más en claro que el mundo de las mujeres en sus relatos ya no gira en torno a los romances hetero-normativos, que generalmente concluyen en un final feliz de nuestra protagonista junto a un hombre. En Raya y el ultimo Dragon podemos identificar elementos que ya hemos encontrado en películas como Brave y Moana – co dirigida por Don Hall, al igual que este film - en donde los objetivos de las protagonistas tienen que ver con el auto desarrollo personal, la reprogramación de los impuestos sociales establecidos y la confianza en sí mismas. Aunque la historia plantea conceptos muy interesantes y dignos de destacar, el film no se encuentra libre de desaciertos. Durante varios momentos, sentí que las situaciones caían en lugares comunes, predecibles y a veces muy forzados. Los diálogos no se sienten naturales y muchas veces el humor no termina de despegar, quedando en un lugar frecuente y un poco básico. El tan presente espíritu aventurero, que va a la par de una historia de travesías hacia lo desconocido, presenta muchas referencias inteligentes a varias películas de éste género de los años ‘80, como lo son Indiana Jones y La Historia sin Fin. Sin embargo, hay un elemento que ya hemos visto hasta el cansancio – por lo menos en este último tiempo - y que tal vez resulte un poco abrumador para el público tenerlo otra vez como disparador de la trama. Estoy hablando de la Piedra Mágica. Un objeto con poderes enormes, que se encuentra en alguna parte del mundo y de encontrarlo depende el destino de la humanidad. Con respecto a los personajes, la fortaleza la tienen los secundarios. Divertidos, simpáticos y muy recordables. No puedo evitar pensar que faltó información sobre nuestra protagonista, Raya. Con esto quiero decir, que por momentos siento que es un personaje creado para ser funcional a la trama, como si cualquier otro pudiera ocupar su lugar. No se nos presentaron demasiadas ocasiones como para conocerla, y empatizar luego con ella. De más está decir que la animación y dirección de arte son magníficas, y un gran factor a la hora de contar esta historia, dándonos la oportunidad de recorrer el mundo y presenciar paisajes extraordinarios recorriendo la gran cultura oriental. Éste último punto es el que en mi opinión, hace que la historia tenga un condimento extra: comprender la cultura, tratarla con respeto y darle un lugar bajo los grandes reflectores. Raya y el Último Dragón no es de los largometrajes que más pasión despierta en el espectador, ni tampoco de los más impecables de esta compañía, pero en el fondo implanta un mensaje mucho más general e importante que el que plantea la trama en sí: Las mujeres pueden salvar al mundo. Por Milena Orlando VOLVIÓ EL PRÍNCIPE AKEEM! Amazon Prime Video necesita apostar fuerte para traer nuevo público a su plataforma, es por eso que optó por revivir un gran clásico de comedia en. “Un Príncipe en Nueva York 2”. Ambientado luego de los eventos de la primera película, Akeem Joffer (Eddie Murphy) está por convertirse en Rey de Zamunda cuando descubre que tiene un hijo bastardo en Estados Unidos y emprende viaje, nuevamente, hacia Nueva York para encontrarlo. Meritoriamente el film cuenta con el mismo cast que la original de 1988: Eddie Murphy, Arsenio Hall, Shari Headley, John Amos. Aunque también se suman nuevas caras: Jermaine Fowler, KiKi Layne y Wesley Snipes. La dirección estuvo a cargo de Craig Brewer (Hustle & Flow, Dolemite is my name). La película cuenta con una producción impresionante. Los vestuarios extravagantes, sumado a unas coreografías multitudinarias hacen que los ambientes estén construidos de tal manera que el espectador sienta fuertemente el contraste entre Zamunda y Nueva York. Si hablamos del tipo de comedia, se reconoce a simple vista el estilo característico de Eddie Murphy, humor absurdo, chistes sobre los cambios culturales y referencias a la realidad estadounidense en contraste con su película antecesora (1988). La motivación de los personajes es intrínseca, la trama no tiene la suficiente fuerza como para atraer a un público nuevo. Por momentos el argumento es poco atractivo y disperso, esto hace que el espectador se pueda quedar a medio camino. Una historia que se abusa de su simpleza. Concluyendo esta review, a grandes rasgos, la película apunta a la nostalgia y melancolía de revivir estos personajes que alguna vez nos hicieron felices. Se repiten los patrones humorísticos que hacen que el espectador pueda sentir cierta nostalgia por la antigua entrega. El film no es más que una adaptación de la primera película al siglo XXI. Por Leandro Gioia |
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Abril 2023
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