Llegó a las salas "QUIZÁS PARA SIEMPRE", la nueva comedia romántica escrita y dirigida por Michael Jacobs, protagonizada por Diane Keaton, Richard Gere, Susan Sarandon y Emma Roberts. Apunta hacia nuestros corazones, pero ¿da en el blanco? Michelle (Roberts) y Allen (Luke Bracey) llegan a un cruce de caminos en su relación, en donde se debe tomar una decisión: llevar hacia adelante el compromiso, o terminar. Por otro lado, se cuentan las historias de sus padres, y de cómo son sus matrimonios, cuestionando qué es el amor después de muchos años juntos. Una reunión entre ambas familias trae problemas inesperados al problema de la joven pareja, y la solución, como es de esperarse, dependerá de la fortaleza de sus vínculos. Esta película, basada en una obra de teatro y escrita para cine por el mismo autor (Jacobs), no es cine, no es un relato visual. El guion está plagado de frases teatrales y diálogos poco verídicos. Es lamentable, ya que los intérpretes son grandes actores; el casting está bien logrado, pero no se trabaja la sutileza, la estética ni la narrativa audiovisual. Hay buenos recursos, pero están muy mal utilizados. Estos problemas narrativos hacen que no podamos empatizar con ningún personaje, y se construye un muro entre ellos y nosotros; no nos permite abstraernos en la historia, y cada chiste, línea astuta o monólogo nos distancia más de la situación que se ilustra. Además, es inentendible por qué los personajes entran y salen tanto de habitaciones, moviéndose entre escenas para enfatizar discusiones sin sentido, sin cercanía emocional. Las habilidades del director como tal, en esta cinta, se reducen a coreografiar movimientos o gestos. No es suficiente para que este cuento teatral se vuelva un film hecho y derecho. Por otro lado, se pierde el género al que pertenece, dejando de ser una comedia romántica, justamente porque los personajes no son accesibles, sino etéreos, perfectos, más allá de lo que digan, no se muestra ni argumenta nada visualmente. Uno podría eliminar la banda visual y escucharla como si fuera un podcast. La dirección no existe. Hay aspectos básicos de fotografía, iluminación y musicalización que están adecuados, pero no aportan de forma narrativa, sino sólo como acento de situaciones centradas en acciones no verídicas de los personajes, que no solucionan los conflictos en pantalla. Se puede rescatar las actuaciones de Sarandon y William H.Macy (como los padres de Allen), que sostienen diálogos que ayudan a que la cinta no sea del todo desagradable. Personalmente, no recomiendo gastar dinero en ella habiendo tantas buenas otras opciones. Un sorpresivo desperdicio de espacio en cartelera y salas. Por Carole Sang
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Este jueves se estrena en cines argentinos “Ellas Hablan”, nominada al Óscar a Mejor Guion Adaptado y Mejor Película. Adaptada y dirigida por Sarah Polley, y de los productores de Luz de Luna y Nomadland, esta película llega con toda la fuerza a hablar de temas muy difíciles. Se trata de unas mujeres de una comunidad religiosa que no admite el uso de entretenimiento moderno ni comunicación con el “afuera”. Además, ellas no tienen acceso a salud, educación, trabajo remunerado ni independencia en el uso de sus propios cuerpos; por todo esto, parece ambientada en el siglo XIX, pero la historia transcurre en el 2010. A raíz de repetidos ataques violentos, sexuales y psicológicos, incluso a menores de edad, las madres, hijas y hermanas deben decidir cómo hacerle frente a la situación y los obstáculos que se presentan, siendo todos estos, en su mayoría, internos, debido a su preparación, que está limitada a la fe, la culpa, el sacrificio y los quehaceres domésticos. Pocas veces he visto una historia narrada de forma tan precisa, empática y visualmente atractiva. Cada fotograma cuenta un problema, una posible solución, un obstáculo o un sentimiento. A pesar de estar basada en una obra literaria, su entrega a la gran pantalla es conmovedora, volviendo a los personajes parte de unx mismx. La dirección es completamente capaz de volcar una perspectiva única, llena de empatía, texturas, silencios palpables y hasta humor. Se logra capturar la humanidad de los personajes, y los objetivos o pensamientos de cada uno están a la vista, en sus gestos, diálogos, ropa o necesidades. Por otro lado, las diferentes posturas que se adoptan frente a las decisiones que hay que tomar realmente son como un diálogo interno, en donde nosotras mismas tendemos a defender, acusar, odiar o rechazar a una persona que nos hizo daño, en donde muchas veces la presencia de un vínculo nos hace perdonar a quien no lo merece. El guion es real, te obliga a estar presente. Las actrices (y los pocos actores) nos brindan una performance maravillosa, con completa entrega a un guion prácticamente infalible. Se dice todo lo que se necesita decir, pero ni una palabra más: del resto se encarga la cámara, el montaje, la música, la luz, y el arte. El film se centra en un debate que se sostiene durante toda su duración, y no decae (tarea que es increíblemente difícil de lograr). Se hacen las preguntas necesarias, y se contestan sin apuro, permitiéndonos conocer el mundo en que viven estas mujeres. Por otro lado, en “Ellas Hablan” se ilustra una gran correlación con la violencia sexista presente en nuestra sociedad, en donde aún actualmente existe abuso de poder e ignorancia, perpetrados por nuestros antecesores, tomando muy a menudo a la mujer como un objeto que se podía poseer e intercambiar por bienes materiales (“dote”). Se muestra que, a pesar de, muchas veces, ser víctimas de violencia, y saber que aún estando solas, pueden salir adelante, lo que las frena es otra cosa. Este peliculón está ampliamente recomendado para este fin de semana. Personalmente, la vería diez veces más; rompe el hielo sobre mil temas que no se hablan lo suficiente, y además, tiene hermosas imágenes campestres para disfrutar en la pantalla grande. Por Carole Sang |
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Abril 2023
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