“¡El mundo entero está mirando!” Escrita y dirigida por Aaron Sorkin, “El Juicio de los 7 de Chicago”, está arrasando con sus varias nominaciones durante esta temporada de premios. Basada en los hechos reales ocurridos en Estados Unidos en un contexto complicado de su historia, esta vorágine de los años ´60 sigue resonando con temáticas presentes en la sociedad norteamericana actual y del mundo. La historia se centra en el juicio a siete hombres que lideraban diferentes protestas en la ciudad de Chicago, dirigidas a la finalización de la Guerra de Vietnam. Dentro de este contexto hostil en EEUU vemos como los acusados de “causar disturbios” sufren las injusticias constantes de un sistema que apoya al poder, y un juez incompetente que por ocasiones pareciera estar completamente alejado de la objetividad de la ley. La película logra caracterizar muy bien a la sociedad de ese momento, donde existían grupos en contra de la guerra y grupos a favor de la misma, donde se incluía al actual gobierno de Estados Unidos (siempre existió la grieta que separa estos polos opuestos, en absolutamente todo el mundo y a lo largo de la historia de la humanidad). Este film se realiza en su mayoría dentro del estrado donde los acusados y su abogado defensor luchan porque se aplique la ley como corresponde, mientras del otro lado está el fiscal defensor de las causas del gobierno que, si bien hace su trabajo, sabe que se están cometiendo injusticias y empatiza con la situación de los 7 imputados. A partir de las declaraciones de cada uno de los acusados y los testigos de los hechos, nos van desvelando los sucesos por los cuales el juicio está en marcha. El largometraje también hace especial énfasis en el destrato hacia las personas de color. Como el poder judicial en el dictado de sentencias y el poder abusivo policial discriminaban con desprecio a las personas Afroamericanas. Es un placer ver esos niveles de interpretación. Eddie Redmayne (Tom Hayden) logra captar la esencia fundamental de su personaje. Frank Langella en su papel de juez, logra que cada uno de los espectadores le tome el odio que realmente merece su personaje (nada fácil de lograr). Pero la atención y las luces del escenario se las lleva Sacha Baron Cohen interpretando el papel de Abbie Hoffman. Es excelente la construcción que logra de su personaje y a muchos les sorprenderá verlo trabajar de esta manera en un rol dramático luego de las risas que acostumbra sacarnos con sus films. El guión de Aaron Sorkin (Ya ganador de un Golden Globe por su labor) es realmente muy preciso y minucioso, las infinitas referencias históricas hacen que cada detalle y cada diálogo entre personajes valgan la pena. Igualmente, de a ratos, apela a un espectador activo y con cierto conocimiento previo de los sucesos, como para situarse mejor en el momento histórico y no perderse ningún detalle de las conversaciones y las motivaciones de los protagonistas. Me hubiese gustado que se incluyan incluso más imágenes de lo que sucedió en aquella protesta, o que se aborde el clima político más en profundidad, esto ayudaría a contextualizar y guiar a quienes pueden sentir lenta la narrativa o evitar alguna falta de información. Netflix apostó por esta película para la nominación al Oscar, y lo logró. Los diálogos junto con un tan enorme y talentoso cast hacen que todo funcione a la perfección. Con un exquisito final, el film nos dejará pensando acerca de nuestra sociedad actual y nos hará ver las preocupantes similitudes que hoy en día se sostienen con aquellos ya lejanos años ´60. Por Leandro Gioia
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Abril 2023
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